AGARRÓ PAREJO
Huracán Otis no hizo distinción, arrasó con ricos y pobres por igual
Muchos de los huéspedes de los hoteles de cinco estrellas deambulan por las calles; quieren salir del puerto y no encuentran la forma
Huracán Otis no hizo distinción, arrasó con ricos y pobres por igual (Foto: X)
ACAPULCO, GUERRERO.- Los vientos de “Otis” no discriminaron, lo mismo se llevaron un departamento del Acapulco Diamante que el techo de una casa del poblado de La Sabana.
El huracán dañó tanto los complejos turísticos como las colonias pobres. Desbarató a las grandes cadenas de tiendas de conveniencia y los puestos de vendedores de dulces tradicionales. La devastación fue total, inclemente.
Lo que está igualando Otis en estas dos zonas es el caos. El caos es generalizado, los saqueos no paran, la gente está vaciando todo tipo de tiendas, desde Oxxos, un WalMart, una tienda de azulejos y hasta un salón de fiestas. A los comercios, primero los devastó Otis y luego la rapiña.
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En los poblados de La Sabana, El 21, Los Órganos, El Quemado, Tres Palos, golpeó con gran fuerza. Sobre las carreteras decenas de postes de luz están tirados. Los techos levantados, los caminos rotos por las corrientes del agua.
“A nosotros nos preocupa mucho los saqueos, porque en unos días no vamos a tener nada, a ver de dónde vamos a sacar, por esos cabrones del gobierno no nos van a querer traer”, dijo un poblador.
Lo cierto es que después de los destrozos del paso de Otis, vienen los verdaderos efectos: la escasez de alimentos y agua, la falta de gasolina, la contaminación, las infecciones y una larga espera para los damnificados.
Muchos de los huéspedes de los hoteles de cinco estrellas deambulan por las calles; quieren salir del puerto y no encuentran la forma.
En todos ellos, no llega la ayuda y ninguna autoridad está presente. Todo es caos, se siente como si no hubiera autoridad.