Más Información
Por: Daniela Payán
“Dependen de la alimentación y los hábitos de limpieza que tenga su tutor. De hecho, las croquetas que normalmente les damos deben tener cierta consistencia para ayudarles a hacer una limpieza por fricción de las piezas dentales”, explica el médico veterinario zootecnista Joel García.
Sea cual sea el banquete que degusten, “sí o sí se necesita un complemento; por ejemplo, los snacks, porque tienen ciertas texturas que asean entre los dientes”, comenta el especialista.
Otra medida clave, en el caso de los ejemplares que llegan a casa siendo cachorros, es acostumbrarlos a la manipulación de su tutor para efectuar la limpieza dental.
“Así, se les quedará esta rutina. De lo contrario, habrá que llevarlo al veterinario y este procedimiento implica el uso de anestesia”, menciona García.
En un escenario de ensueño, un gatito al que es posible manipular para aseos dentales (al menos dos por semana) basta con llevarlo al especialista, específicamente para este fin, una vez al año. De no ser así, tendrán que programarse cada seis meses.
Descuidar la higiene bucal llega a traducirse en gingivitis y en pérdida de dientes, lo que compromete su capacidad de masticar su comida.
“Veo mayor conciencia en los tutores de perros, pues en los canes es más evidente la pérdida de piezas y se les nota mucho el sarro. En el gato casi no estás explorando su boca, en parte porque no se deja si no está impuesto. No es que no pase, más bien no es común darse cuenta”, subrayó el veterinario.
Estas son algunas señales de una salud bucal deficiente en los mininos:
Mal aliento
Dificultad para comer
Reducción del apetito o preferir alimento blando
Pérdida de peso
Encías rojas, inflamadas o sangrantes
Dientes flojos
Hinchazón alrededor de la cara, la mandíbula o las mejillas