LA VOZ DEL CENTRO
Contrabando y piratería: El reto de proteger al comercio formal en CDMX
Un ejemplo claro de lo que no debe ocurrir en México es el caso de Izazaga 89…
(Foto: Cuartoscuro)
Por: Guillermo A. Gazal Orduña, presidente de Procentrhico
Un ejemplo claro de lo que no debe ocurrir en México es el caso de Izazaga 89, donde se comercializaban productos de contrabando y piratería, sin entregar comprobantes ni garantías.
Esta problemática afecta gravemente al comercio formal mexicano, daña cadenas de producción y pone en riesgo la estabilidad económica de empresas y del país en general.
Por ello, seguiremos exigiendo a las autoridades que atiendan esta situación para evitar la quiebra de miles de negocios y, peor aún, la pérdida de millones de empleos formales.
Sin embargo, no estamos de acuerdo en que se sancione indiscriminadamente a personas y empresas que no son responsables directos de estos actos; existe relación comercial entre arrendadores y arrendatarios, pero no corresponde a arrendadores exigir comprobantes de los productos comercializados por sus inquilinos ni determinar la legitimidad de marcas.
Los contratos de arrendamiento se firman bajo un principio de buena fe, y es responsabilidad de las autoridades federales, como SHCP y aduanas, garantizar el cumplimiento de la ley y evitar el ingreso de mercancía pirata o sin el pago correcto de impuestos.
Como representante de los comerciantes establecidos y formales, rechazo esta “cacería de brujas” que castiga injustamente a terceros que, en su mayoría, han trabajado para construir un patrimonio legítimo, el cual debería ser garantizado por las autoridades, no vulnerado.
Reconocemos el esfuerzo del gobierno de la CDMX, a través de la Jefatura de Gobierno y la Secretaría de Gobierno, por implementar operativos coordinados para verificar la operación adecuada de los negocios en el CH, pero estas acciones distan mucho de las expropiaciones y extinciones de dominio injustificadas, que están muy lejos de ser justas y equitativas.