Jarritos, qué buenos son… para pintar las uñas

Desde su arribo a ese país en la década de los 80, al refresco se le relacionó con lo mexicano, y su impacto comercial creció junto a la influencia de taquerías, pozolerías, birrierías y todo tipo de restaurantes, en locales o ‘food trucks’, que se multiplicaron rápidamente desde Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Indianápolis, San Antonio o Tucson.

Su sabor, su botella icónica y sus colores han inspirado a una nueva generación de negocios a crear nuevos negocios a partir de la influencia de lo típicamente mexicano.

Primero llegaron las velas con aroma a platillos típicos, luego el bálsamo labial con sabor a rancho. Ahora, por $87 dólares la colección completa con seis “sabores”, unos $1,600 pesos, puedes hacerte de los esmaltes de uñas con temática de Jarritos.

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Foto: (Instagram)

Azúcar, Toronja, Piña, Guayaba, Mandarina y Cola Mexicana son las opciones que también se pueden conseguir individualmente en la Unión Americana.

El fabricante de estos refrescos mexicanos se unió en una colaboración con Cirque Colors para crear una colección de esmaltes con temática de Jarritos, en la que brilla la mandarina, la guayaba o incluso la opción “azúcar”.

La colección completa, que es vegana y fabricada bajo los preceptos anti crueldad animal, captura la idea de las burbujeantes bebidas, con tonos un poco translúcidos que reflejan fielmente los tonos de los refrescos mexicanos.

Jarritos nació en 1950 en la Ciudad de México. 30 años después inició la comercialización de sus productos en Estados Unidos, un mercado en el que explotan la nostalgia de los consumidores mexicanos que viven y trabajan en aquel país.