Cárcel no soluciona el problema

Jóvenes delincuentes cometen delitos “por hambre”, en México

Al menos 8 de cada 10 delitos en los que participan niños y adolescentes tienen que ver con robos

(Foto: Archivo El Gráfico)

Al día 31/08/2018 05:59 Redacción Actualizada 11:45
 

Por Sergio Trejo

“Se le hizo fácil”, así comienza el famoso tema de la agrupación de rock urbano “El Haragán y Compañía”, que sonaba en los barrios populares del otrora Distrito Federal y su zona Metropolitana, en el año 1990.

Dichas letras cuentan la historia de un joven de 17 años que armado con un puñal asaltó una tienda, y tras el hurto, huyó corriendo hasta que las balas de la policía lo mataron.

A casi treinta años de la rola que mostraba la realidad de la juventud de escasos recursos que por necesidad o juego delinquían ante la falta de oportunidades, en nuestros días esta situación no ha cambiado nada.

En entrevista para El Gráfico, Juan Martín Pérez García, director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), aseguró que 8 de cada 10 hechos delictivos en los que participan adolescentes tienen que ver con carácter patrimonial, lo que en algunos análisis sociológicos se conocen como “robos de hambre”.

“Se roban un celular, una cartera y cuando se identifica su entorno notarás que su familia tiene condiciones de precariedad y que no hay alternativas comunitarias ni institucionales para resolver sus necesidades como por ejemplo comer. Esto se podría resolver con unas becas, como lo propone el Presidente Electo, pero se puede arreglar mejor si involucramos a estos jóvenes en una dinámica comunitaria” dijo.

REALIDAD

Con el caso de Alan “N”, un menor de 16 años de edad que fue baleado por un policía al que intentó robarle su celular en la colonia Obrera, una vez más se abre a la opinión pública el debate sobre la creciente ola de delitos cometidos por niños y adolescentes en la capital.

Pérez García manifiesta que ante este tipo de casos, la sociedad debe cambiar el enfoque de criminalizar a estos jóvenes, ya que “las personas adultas se aprovechan de su condición de precariedad para usarlos en la comisión de delitos por considerarlos desechables ya que si los detienen o los matan no pasa nada”. Ante esto pide a las autoridades locales y federales que el reclutamiento de menores por bandas criminales sea sancionado por las leyes.

“En muchas ocasiones la tendencia es a criminalizar, pero la contextualización del entorno familiar muestra que el Estado mexicano ha fallado. Tendríamos que preguntarnos por qué Alan, pese a tener un padre preso y una madre con problemas de consumo de alcohol, no ha tenido la protección de las instituciones del Estado”, señaló el especialista.

En nuestro país la participación de adolescentes en los hechos delictivos no supera el 4 por ciento, de acuerdo con el REDIM, por lo que cuando participan en delitos de alto impacto como homicidios, secuestros o algún hecho de violencia armada, suele llamar la atención del público y los medios de comunicación.

PREVENIR

Juan Martín Pérez García señala que la decisión del juez de liberar a Alan, días después de haber cometido el robo, fue acertado y lamentó que en redes sociales se publicaran dichos como: “que lastima que no lo mataron, va a volver a delinquir”.

“Alan por su edad y porque el arma era de juguete, no tenía posibilidad de ser implicado en un proceso judicial, lo cual es correcto, porque imaginate que con su historia de vida llega a un espacio donde la cultura carcelaria en realidad termina siendo una escuela de crimen. Y este adolescente que estaba robando con una pistola de plástico va a salir de ese espacio de privación de libertad conectado para robar autos o para distribuir drogas con armas de verdad”, aseguró el presidente del REDIM.

Ante esto pidió a la sociedad que comprendan que los adolescentes que son privados de la libertad tienen 80 por ciento más de probabilidad de reincidir que si se les proporciona medidas socioeducativas.

Por lo que el siguiente paso sería buscar que el niño vaya a la escuela, cuente con programas y servicios sociales, además de tener el acompañamiento de profesionales, ya que “eso no sólo impedirá que sea víctima de reclutamiento, sino le permitirá otras alternativas de desarrollo para estar alejado de vínculos a hechos delictivos”.

La realidad es que la mayoría de las personas que comenzaron su vida delictiva a temprana edad fueron privados de la libertad y reclutados, por lo que el REDIM espera que el nuevo gobierno “se imagine que esta cuarta trasformación inicie desde y con los niños y adolescentes”, concluyó.

DATOS

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos elaboró hace 10 años un informe especifico sobre lo que llamaron “Justicia Juvenil” y da cuenta que las medidas socioeducativas son las apropiadas para alejar a la juventud del crimen organizado.

En México ser adolescente varón o mujer te coloca en mayor riesgo de ser víctima de un homicidio que si eres adulto.

Un hombre de 15 o 17 años de edad tiene 30 por ciento o más probabilidades de ser asesinado, de ser reclutado de manera forzada por grupos criminales o de vivir lesiones físicas.

Una mujer de 15 o 17 años tiene 40 por por ciento más de probabilidades de ser víctimas de desaparición y 30 por ciento más de probabilidad de ser víctima de violencia sexual, que una mujer adulta.

NIÑOS EN PELIGRO

La ley de justicia para adolescentes aprobada en 2016, da cuenta ya para delitos graves como secuestro, homicidio, violación, en un rango de 15 a 17 años, pueden ser y deben ser privados de la libertad bajo un criterio. No como castigo corporal o pena de adultos sino para tratamiento especializado. Es el caso del Ponchis, conocido como el “Niño Sicario”, que fue recluido bajo tratamiento especializado y trasladado fuera del país para no ser asesinado.

(Ilustración: Dante de la Vega)

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