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Una hora antes del inicio del evento, menos del 30% de la plancha de la Plaza se la Constitución se había llenado, pero en los últimos 30 minutos llegaron nutridos contingentes por la calle Madero y la avenida 20 de Noviembre, entre jóvenes, adultos mayores, algunos en silla de ruedas y muletas y familias completas.
Algunas personas siguieron el mitin desde balcones y terrazas de inmuebles que rodean el primer cuadro, gracias a pantallas gigantes y bocinas.
Aunque la convocatoria fue dirigida a la sociedad civil en general, sin banderas electorales ni partidistas, llegaron a la Plaza de la Constitución políticos como los presidentes del PAN, Marko Cortés, y PRD, Jesús Zambrano; el candidato de la alianza opositora a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, Santiago Taboada; la alcaldesa en Á.Obregón, Lía Limón, y el vicecoordinador del Grupo Plural en el Senado, Emilio Álvarez Icaza, y todos afirmaron que su asistencia era en su carácter de ciudadanos.
En el templete, Córdova, denunció que López Obrador quiere destruir la escalera que lo encumbró y de encabezar un “proyecto de regresión autoritaria”.
“Hoy todo esto está bajo amenaza. Nos pasamos más de 40 años construyendo una escalera, para que quien tuviera los votos pudiera acceder al primer piso y hoy, desde el poder, quien llegó a ese primer piso por la libre voluntad de la ciudadanía, pretende destruir esa escalera para que nadie más pueda transitarla”, declaró.
Al concluir la manifestación se entonó el Himno Nacional en un Zócalo abarrotado, aunque sin la Bandera monumental, que no fue izada por motivos desconocidos.
En Puebla, el Mandatario reviró: “Es la democracia de ellos, la de los oligarcas, la de los ricos, la democracia de los corruptos. Nosotros lo que queremos es que haya la democracia del pueblo, o sea, no queremos poder sin pueblo”.