Médico y su esposa crean increíbles calaveritas de azúcar para adornar su casa, en Edomex

TOLUCA.— Durante octubre, los colores y sabores del otoño visten a la muerte como solo los mexicanos sabemos: con dulces, estrofas que arman una calaverita, con cítricos y azúcar le dan forma deliciosa. 

Le ponemos altares llenos de hortalizas y frutas cristalizadas, de flores -en especial cempasúchil-, con incienso que les recuerda a los seres que ya migraron a otro plano, el camino de regreso a nuestros momentos de convivencia.

Por ello, Jorge Sánchez, médico de día y alfeñiquero de noche, desde mayo convierte su casa en un lugar mágico en el que el azúcar, el trabajo en equipo y el amor por las tradiciones, perduran y toman forma.

“Por un lado los alivio y por otro los enfermo, entonces quiero hacer un equilibrio entre los dos. No los voy a matar de exceso de azúcar en la sangre, ni impedir que disfruten un pedacito de azúcar, pero hecho de manera un poquito más digerible para nuestro organismo”.

María Eugenia Soles, esposa de Jorge, es la encargada de la decoración. La técnica depende de cada artesano, pero primero se coloca el papel estaño y los adornos en las figuras, después se prepara una pasta a base de clara de huevo, azúcar glass y limón con colores vegetales. 

Además de las también llamadas “calaveritas”, Jorge y su amada María Eugenia, preparan en su hogar chongos zamoranos, dulce de calabaza, camote, pepita y mandarina, de apio, nopal y betabel, dulces característicos de las ofrendas.

De la mano de su amada, don Jorge se asegura de que el dulce a sabor a muerte corra en las nuevas generaciones de su familia y hacia los paladares de los toluqueños cada año en los puestos 1 y 84 de la Feria del Alfeñique, donde hasta el 3 de noviembre se vive el misticismo de las celebraciones a la huesuda y a quienes ya se llevó.