Como es habitual en las salas de urgencias de los
hospitales del IMSS, en el momento que llegó la mujer al triaje de dicho nosocomio ya en labor de parto había “bastante trabajo”, “poco personal” y “solamente teníamos un ginecólogo” que atendía una cesárea de urgencia, justificó ante los medios locales el director del hospital, el pediatra Eduardo López Torres.
De hecho, insinuó que la madre tenía la culpa de haber tenido a su hijo en el piso de la
sala de urgencias: "Vino a esta unidad a solicitar atención por un embarazo de término, es una paciente de 18 años que desafortunadamente no llevaba un adecuado control prenatal, no llevó ningún control", dijo, por lo que no se le pudo atender debido a que llegó con un avanzado trabajo de parto.
"Llegó a solicitar atención anoche, y tuvimos bastante trabajo, uno de los problemas es que teníamos poco personal, solamente teníamos un
ginecólogo y estaba en una atención de cesárea de urgencia también, donde estaba de por medio la integridad de una madre y un bebé", por lo que la atención a la joven madre “tuvo su periodo expulsivo en la sala de espera (…) teníamos falta de personal y mucho trabajo, esto conllevó a que se presentara de esta manera".
Ante las críticas por la falta de atención adecuada, este martes el Instituto Mexicano del Seguro Social compartió un comunicado en el que sostiene que sólo “se retrasó unos minutos la atención a la paciente”, y sin decir que dio a luz en el piso del hospital asegura que “la mujer recibió apoyo de un médico general y una enfermera”.
“Siguiendo el protocolo, se trasladó a la madre y a su hijo a la sala de expulsión para observación y valoración por parte de un ginecólogo, médico internista y pediatra. Los servicios de salud nunca le fueron negados a la mujer embarazada ni al neonato”.
Tanto la madre como el bebé, quien pesó 2.8 kg y midió 41 cm, se encuentran en óptimo estado de salud y han completado su recuperación. Se espera que sean dados de alta en las próximas horas, concluye el mensaje.