víctimas de acoso
Mujeres se sienten vulnerables en el transporte público, en Toluca
La Secretaría de Movilidad recibe al mes hasta 600 quejas de agresiones
Foto: Archivo El Gráfico
TOLUCA.— “Un día viajaba en un camión de la línea Mensajero, iba a la escuela y entonces dije: me voy a dormir un rato, pero ya no pude hacerlo porque un señor se sentó a mi lado. Puso su chamarra encima y, entonces sentí como me empezó a agarrar entre la pierna y la ingle, quité mi bolsa y vi su mano. Me quedé en shock, no sabía qué hacer”.
Este es el relato de Jéssica, una de las tantas mujeres que han sido víctimas de acoso al interior del transporte público.
“Al momento me quedé paralizada, me levanté y me cambié de lugar. Ya después me solté a llorar”, recuerda la joven.
Elizabeth Briseño Guel, jefa del Departamento de Violencia de Género en la Coordinación Institucional de Equidad de la UAEM, alertó que las unidades de transporte público es sólo uno de los lugares donde se registra el acoso callejero, una forma de violencia contra la mujer que tiene una alta incidencia en el Edoméx.
“Desafortunadamente, las cifras que nos hablan de esta permanencia es de 8 de cada 10 mujeres aquí en el municipio de Toluca según organizaciones civiles”, detalló Briseño Guel.
reportes. “Un día iba al centro de Toluca, a la Plaza de la Mujer, el camión venía muy lleno. Un señor me agarró las pompas, con el movimiento del camión lo normalicé, pero después sentí más hasta que volteé y era ese tipo. Hasta que un señor le dijo: ¡Ya cabrón!", contó Gabriela, otra de las víctimas.
La Secretaría de Movilidad recibe mensualmente 600 quejas por agresiones contra las mujeres cometidas por los operadores, sobre todo por acoso.
“Y en los camiones, cuando te cobran, los mismos operadores te toman de la mano y te empiezan a hablar de otra forma y no de una manera cordial y educada”, platicó Evelyn, otra usuaria afectada.
Pese a ser las víctimas, muchas mujeres reconocen que además de miedo, indignación y enojo, también han sentido vergüenza.
“Una vez un tipo me estaba tocando en el camión, no sabía qué hacer. Una señora se dio cuenta y me dijo: ¡Ponte abusada! Me sentí sucia, como si yo hubiera sido la culpable”, comentó Lucía.
Las mujeres consultadas reconocieron que la inseguridad en el transporte ha generado que hayan cambiado algunos hábitos y dejen de usar el autobús.
“La verdad dejé de ponerme algunas blusas, pantalones y faldas”, añadió Nadia, estudiante.
Durante el 2018, en el Estado de México se recibieron 419 por acoso u hostigamiento sexual, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.