El miedo los paralizó
Niño testigo de la tragedia de Tlatelolco narra su historia
Soldados llegaron a Tlatelolco desde temprano, lo que alertó a los vecinos
(Foto: Astrid Rivera, El Gráfico)
A. Rivera / P. Miranda
“Tírate al piso y pon las manos atrás de la cabeza”, escuché a mi mamá. No entendía lo que pasaba, pero sentí miedo. Escuché balazos, los gritos y me agaché. Mi cara tocó el piso y así se quedó por horas, al narrar Víctor Labariega lo que vivió el 2 de octubre de 1968.
En el tercer piso de la parte trasera del edificio Chihuahua, Víctor veía con entusiasmo y aún siendo un niño, los preparativos de los mítines estudiantiles.
MAL PRESENTIMIENTO. Esa tarde, el pequeño quería salir a los juegos, pero su mamá no le dio permiso porque había mucho movimiento y no le gustó que los soldados llegaran temprano.
Cuando se escucharon las primeras detonaciones, Víctor no se espantó, fue hasta que su mamá le pidió que se agachara cuando entró en shock.
Después del 2 de octubre, dice haber sentido un profundo rencor hacia las autoridades.
Ahora, desde el tercer piso del Chihuahua, lamenta que en medio siglo no haya personas en la cárcel. “Ojalá que esto no se repita, pero cuántos Tlatelolcos no hay en el país”, se lamentó.