Además, busca poner en el discurso la discriminación contra los hombres en las áreas de servicios sociales, las actitudes y expectativas sociales, y la ley; mejorar las relaciones de género y promover la igualdad entre hombres y mujeres para crear un mundo mejor y más amigable y también centrarse en la salud, el bienestar social, emocional, físico y espiritual de los hombres que, muchas veces, dejan de lado por proveer a sus familias.
Mucho de esto puede comenzar a cambiar desde la decisión de la concepción y la importancia de hacerlo de una manera planeada en pareja, donde el hombre puede utilizar métodos anticonceptivos y no sólo dejarlo en manos de la mujer que, al final del día, tiene la mayor carga de un embarazo de nueve meses.
La doctora Jessica Rayas, gerente del centro de Contacto ‘M de Mujer’, asegura que más allá de que el cuidado en la anticoncepción sea un tema cultural o de machismo, “es porque hay más métodos de anticoncepción para mujeres que para hombres, en realidad para ellos sólo son dos, que son el condón, que es un método de barrera; y la vasectomía, que es un método definitivo y son los más conocidos; en el caso de las mujeres podemos hablar de condón femenino, pastillas anticonceptivas, pastillas del día después, inyecciones, dispositivos, implantes, parches. Creo que gran parte de que pocos hombres utilicen métodos anticonceptivos es porque tienen pocas opciones”.
Dijo que esto aún tiene que ver con el machismo, “en México, todavía estamos con ciertos temas culturales, existe mucho temor para realizarse la vasectomía, hay muchos tabúes, de que duele, de que dejaré de ser hombre, de que voy a perder virilidad, de que ya no voy a tener eyaculaciones y también el tema cultural de por qué yo como hombre voy a someterme a un procedimiento, si mi pareja puede hacerlo”, puntualizó.