Todos lo saben, pero nadie lo confirma
Pobladores de Acambay temen represalias por parte de huachicoleros
Autoridades se contradicen, unos los reconocen como víctimas; otros los acusan de robar combustible
Foto: Archivo El Gráfico
En Acambay, el sabotaje del ducto Tula-Toluca, que viene de Hidalgo y llega a la terminal de abastecimiento en la capital mexiquense, es un secreto a voces del que sus habitantes buscan deslindarse y al que muchos le tienen miedo. La ubicación de las tomas ilegales las conocen desde el policía municipal hasta el campesino y los regidores; no hay nada clandestino, excepto el rostro de los responsables de este delito.
La gente señala que el robo de gasolina pone en peligro a sus familias y su patrimonio, pero casi nadie denuncia el ilícito ante la autoridad lo que saben sobre los puntos de huachicoleo, dicen, por miedo a represalias.
vERSIONES DIFERENTES. Ellos niegan ser vendedores o compradores del combustible, se acreditan como “víctimas” de este delito; aseguran que es cometido por bandas de otros estados que se llevan el carburante a Hidalgo o a Toluca.
Sin embargo, las autoridades locales difieren, mientras el regidor morenista Francisco Ángeles González apoyó a la población en su dicho y los exime de responsabilidad en el sabotaje del ducto e, incluso, acusó que este delito derivó en el desplazamiento de los habitantes a otros lugares, su contraparte del PRI, Miguel Ángel Navarrete González, atribuyó a por lo menos cuatro comunidades el almacenamiento y venta del combustible robado.