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Estos cierres han provocado que clientes, muchos con décadas de lealtad o provenientes de diferentes estados, opten por no acudir al CH. Tras largos viajes, encuentran calles bloqueadas y un caos vial insostenible, lo que les lleva a buscar alternativas en otros lugares. Como resultado, hemos experimentado una pérdida significativa de clientela, afectando nuestras ventas y poniendo en riesgo la supervivencia de los negocios. A pesar de nuestros reiterados intentos de establecer diálogo con las autoridades para buscar soluciones, la respuesta es una constante negativa a escucharnos.
Nos sentimos desamparados y exhaustos ante una situación que está llevando a nuestras empresas al borde del colapso.
Urgimos la apertura de un diálogo abierto y sincero con las autoridades competentes para encontrar soluciones que permitan equilibrar el derecho a la manifestación con la protección de los negocios del CH.
Nos enfrentamos a una crisis no solo económica, sino también social y humana. Es imprescindible que se atienda este llamado. *Representante calle Corregidora CH, invitado especial