Quien comienza en este deporte tiene una meta, quizá una carrera corta o hasta un maratón, ¿por dónde empezar?

Establece objetivos realistas. No te compares con otros corredores. Si es tu primera vez corriendo, el mejor objetivo que puedes plantearte es competir contra tu marca personal. ¿Eso significa terminar la carrera? ¡No necesariamente! Tu objetivo principal debe ser obtener una experiencia positiva que te impulse a obtener un mejor tiempo en tu siguiente carrera.

Adquiere ropa adecuada. Para practicar el running de manera larga y constante, es muy importante prevenir las lesiones. Invertir en calzado especializado para correr que se adapte a tu pisada y proteja tus dedos, talones y rodillas es algo necesario a cualquier nivel. Asegúrate también de usar ropa transpirable, y vístete de acuerdo al clima al que te enfrentarás, tanto en tus entrenamientos como en la carrera.

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Procura una dieta equilibrada. Correr largas distancias requiere de una dieta rica en carbohidratos, proteínas y grasas saludables. Los carbohidratos son importantes para los corredores por su rol en el almacenamiento de energía.

Arma un esquema de entrenamiento. Toda persona que corre largas distancias empezó poco a poco. Hay que acostumbrar al cuerpo, así que lo ideal es armar una rutina de entrenamiento que se adapte a tu nivel actual de condición física y que, no lo olvides, incluye días de descanso para la recuperación muscular y la prevención de lesiones. Aumenta gradualmente la exigencia cada semana para mejorar tu resistencia.

Conoce el camino. Familiarízate con la ruta de la carrera. No esperes al mismo día de la carrera. Para evitar sorpresas, recorre la ruta para entender cuáles son los tramos más retadores, cómo te afecta el clima, qué tal responde tu calzado y cómo reaccionará tu cuerpo. ¡Así sabrás que esperar el día de la carrera!

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