Resanan escultura que fue rescatada de un basurero, en Toluca

A dos semanas de que fuera encontrada la hija perdida del Hombre de Fuego Eterno, Fernando Cano, cercenada, golpeada y reducida a fierro viejo, Traviata regresó al taller que la vio nacer y avanza en su recuperación.

En la intervención de sanación intervienen Marthel Cano, viuda del escultor mexiquense y quien financia el proyecto; el escultor Antonio Sánchez Arzate, así como Cristian Díaz, aprendiz de Fernando Cano.

Para Marthel, nada hace sentido, desde que fue encontrada Traviata en aproximadamente en el primer aniversario luctuoso de su creador, que estaba en un basurero de Santiago Tianguistenco, y tampoco comprende el odio del que fue víctima la misa que una vez inspiró a un alcalde a crear una glorieta.

Desde que llegó la pieza de hierro forjado, técnica característica de Cano, al taller ubicado en el Calvario de Toluca, poco a poco ha ido sanando, pero la la ir es titánica.

Para Cristian, quien creció viendo cómo Fernando Cano creaba vida y arte con hierro, un yunque y fuego, fue un horror ver a Traviata en las condiciones en la que la dejaron, sin embargo, se convierte en un honor para él hacer una última cosa por su maestro, el hombre que le enseñó la maravilla de crear.

Traviata tardará seis meses en estar como nueva, y una vez que recupere su esplandor, regresará a la casa de su padre, Fernando Cano, para no vuelvan a dañarla.