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Recordemos que los centros de reclusión en México han enfrentado desafíos relacionados con el autogobierno y motines. Los niños y niñas que viven o visitan estos centros en México corren el riesgo de estar expuestos a diversos tipos de violencia, así como a entornos inseguros.
La exposición constante a tales situaciones durante la infancia puede generar traumas que afectan directamente el desarrollo neuronal y normalizar conductas antisociales, impactando el comportamiento en la sociedad.
De acuerdo con el Censo Nacional de Sistema Penitenciario Federal y Estatal del INEGI 2022, más de 400 niños y niñas viven en prisiones en todo el país. A través de Reinserta y su modelo de atención a Niñas, Niños y Adolescentes con Referentes Adultos Privados de la Libertad busca proporcionar atención integral a las niñas y niños que nacen y viven en prisión, así como aquellos que tienen un padre o madre privado de la libertad para lo que implementaron este modelo en busca de crear espacios seguros, dignos y adecuados dentro de los centros de reinserción.
También busca crear la capacitación en crianza para las madres y padres dentro de la prisión, así como el acompañamiento a niñas, niños y sus cuidadores fuera de la prisión en temas de seguridad, vivienda, educación y salud mental.
Además de fomentar actividades y experiencias positivas que estimulan un desarrollo saludable en los niños y niñas, preparándolos para la vida fuera de la prisión.