Enfermedades respiratorias, dermatológicas, cardiovasculares, hipertensión y cáncer, son solo algunas de las patologías que han presentado los capitalinos debido a la mala calidad del aire en el Valle de México, según la doctora Alejandra Silva, académica de la coordinación de Salud en el Trabajo de la UNAM.

En lo que va del año las consultas por padecimientos derivados por la mala calidad de aire se han disparado en 20%, según datos recabados por la docente de la Facultad de Medicina, desde síntomas agudos hasta crónicos dependiendo del tiempo de exposición a los contaminantes.

La contaminación que la capital ha mantenido de forma intermitente y por varios días seguidos también puede generar problemas sicosociales como el estrés, asegura la especialista.

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Basta un par de horas para que el organismo resienta ciertos síntomas iniciales, asegura Silva García, como tos, irritación de ojos y garganta, hasta algunas más severas como, asma, bronquitis y neumonías.

El aire denso que se respira, principalmente de la emisión de los contaminantes de los autos y fábricas, afecta también la fertilidad con abortos espontáneos y malformaciones congénitas.

Los contaminantes, al ser muy pequeños, se adhieren fácilmente al organismo cuando la población realiza sus actividades diarias, explicó la doctora Silva.

Aunado a la mala calidad del aire, los capitalinos viven con temperaturas superiores a los 30 grados Celsius, lo que intensifica aún más los síntomas presentados por las altas concentraciones de ozono.

Algunas medidas que recomienda la especialista para resarcir el impacto al organismo es utilizar el cubrebocas, no caminar en “horas pico”, viajar con las ventanas cerradas, y evitar conglomeraciones.

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