ESTE VIERNES
¿Iba Rafael Caro Quintero? Se desploma helicoptero de la Marina en Sinaloa, hay muertos
(Foto: Especial)
La tarde de este viernes 15 de julio un helicóptero Black Hawk de la Secretaría de Marina se desplomó en las inmediaciones de Los Mochis, en el estado de Sinaloa.
Hasta el momento se reporta un saldo de 14 elementos navales muertos de los 15 que se encontraban a bordo, y no hay evidencias de que la aeronave haya sido derribada y que el narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero iba a bordo, quien hoy fue detenido en Guachochi, Sinaloa.
Tras la tragedia el presidente Andrés Manuel López Obrador, a través de su cuenta oficial de Twitter, lamentó el fallecimiento de los elementos de la Armada de México, en donde expresó sus más sinceras condolencias a los familiares y amigos de las víctimas.
AMLO también dio a conocer que se realizará una investigación para conocer las causas que ocasionaron el desplome del helicóptero en Los Mochis.
El 4 de abril de 1985, Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara fue detenido en su quinta, La California, en Alajuela, Costa Rica. Junto con él se encontraba Sara Cosío Vidaurri.
En un principio, las autoridades costarricenses pensaron que ella estaba secuestrada. Pero al ser cuestionada, respondió: “Yo no estoy secuestrada… Estoy enamorada de Caro Quintero”.
Sara, el gran amor de Caro Quintero, era hija del secretario de Educación en Jalisco en 1985.
Sara, hija de Octavio César Cosío, exsecretario de Educación en Jalisco, compartía su gusto por los centros nocturnos y restaurantes caros en Guadalajara.
Compartía también con el capo su carácter arrebatado y su amor por el lujo. Por algo él fue apodado “El Príncipe”.
Caro Quintero quedó prendado de ella pero se dice que Sara le hizo más de un desplante, antes de aceptar salir por él.
Su amor nunca contó con el aval de la familia de ella. Sin importar los regalos que el fundador del Cártel de Guadalajara le hacía (se dice que entre ellos hubo un auto, que fue rechazado), desaprobaban que su hija saliera con un narcotraficante.
Caro Quintero no se ocultaba. Solía acudir a restaurantes adonde iba la clase política. Pero eso cambió en 1985, cuando ordenó secuestrar y asesinar a Enrique Camarena, agente de la Agencia Antidrogas (DEA), quien descubrió toneladas de marihuana en el rancho del narcotraficante.
La DEA juró que no olvidaría y Caro Quintero tuvo que salir huyendo. Sara decidió seguirlo. Se asentaron en la Quinta La California, en Costa Rica, donde el capo compró propiedades y decidió hacer su vida.
Las autoridades mexicanas decidieron intervenir los teléfonos de la familia de Sara, seguros de que en algún momento ella trataría de contactarlos. Y así fue.
Sara llamó a sus padres para decirles que estaba bien, a salvo. Fue el fin de la “luna de miel” con el Príncipe.
Gracias a aquella llamada, las autoridades ubicaron a la joven. Unas horas después, oficiales costarricenses irrumpían en la finca y capturaban al enemigo número uno de la DEA.
De inmediato fue extraditado a México, donde recibió la pena máxima: 40 años de prisión por los delitos de privación ilegal de la libertad, homicidio calificado, tráfico de marihuana y de cocaína, entre otros delitos.
Cumplidos 28 años de cárcel, fue liberado en un polémico fallo… Desde entonces, fue el hombre más buscado por la DEA, que ofrecía una recompensa de 20 millones de dólares por información que ayudara a su captura.