Dar apoyo económico a padres de familia y no a escuelas no servirá, advierten especialistas

Por María Cabadas

Con el objetivo de evitar intermediarios y prácticas irregulares, la SEP informó que los beneficios que tenía el programa eliminado de Escuelas de Tiempo Completo, como los apoyos de alimentación y un horario ampliado, se entregarán de manera directa a los padres y alumnos de educación básica y se mantendrán en la actual estrategia de La Escuela es Nuestra.

Sin embargo, especialistas en educación y transparencia consultados por esta casa editorial, coincidieron en que la entrega directa de recursos no evitará la deserción escolar, y no garantizará que los estudiantes de esos planteles tengan alimentos y mejores aprendizajes, además de que alertaron que podría dársele un uso clientelar con esta estrategia. 

“Darle el dinero a las familias en lugar de a las escuelas, no resuelve el problema de aprendizajes. Para ello se requieren de programas enfocados en atender rezagos y en mejorar la calidad de la oferta educativa. El pretexto es mejorar la infraestructura, pero hay otras cosas urgentes que se están dejando de lado. Es una decisión de alta rentabilidad política y que denota un desprecio por la evidencia”, señaló Arcelia Martínez Bordón, académica del Departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana.

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El pasado 1 de marzo, la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez informó la cancelación del programa de Escuelas de Tiempo Completo, el cual fue implementado en 2008 durante el sexenio de Felipe Calderón y beneficiaba a 3.6 millones de menores y adolescentes de más de 25 mil escuelas públicas de todo el país, y ofrecía ocho horas de aprendizaje en las aulas y alimentos.

De acuerdo con la Unicef, el 65.8% de las niñas, niños y adolescentes que acudían a esos planteles, los alimentos que recibían eran los primeros que consumían durante el día.