ESTE AÑO HAN LLEGADO 19
“Sin nombre”, los muertos de un panteón de Edomex que nunca fueron identificados
En un rincón del Panteón Municipal, descansan los cuerpos de quienes alguna vez tuvieron un nombre y una familia
(Foto: Ximena García, El Gráfico)
TOLUCA.— Al fondo del Panteón Municipal, pasando la Rotonda de los Hombres Ilustres y a la izquierda, la maleza cubre las cruces de los “sin nombre”, una pequeña calzada los separa de los que son llorados por los que los quisieron en vida.
Ahí el terreno es verde en época de lluvias y se torna pálido con el invierno, debajo de todo lo que crece y muere, descansan las personas que no fueron identificadas, donde poco a poco se desintegran y regresan al olvido colectivo.
Es la última morada de atropellados, indigentes o víctimas de hechos violentos llegan ahí tras pasar meses en el Servicio Médico Forense (Semefo), pues fallecieron sin una identificación, nadie los buscó o nadie los encontró.
Este año han llegado 19 cuerpos a este panteón; pero hay lugar para 293.
DIGNA SEPULTURA
La zona es conocida como Terrenos de Hospitales (TH), y es cuidada por varias personas, entre ellas, don Bernardo Santos, quien trata de no pensar en cómo llegaron, por respeto a los restos, sino que busca echar un rezo por sus almas y mantener la dignidad para aquellos “sin nombre”.
“Les damos digna sepultura, no mucha gente se apiada de ellos, a veces sólo les echan un flor”, platicó Bernardo. Sereno, desde hace 28 años recorre los cementerios administrados por el Ayuntamiento.
Sabe que los recursos no alcanzan para darles una tumba más decorosa. Al menos, dice, cada quien está en su espacio, ya que hay otras fosas en las que los enciman de a dos o tres; pero aquí en el TH no.
LOS NUEVOS
Casi junto a la barda perimetral del camposanto, la tierra se ve fresca sobre tres montículos, tres cuerpos sin identidad llegaron hace no más de tres meses.
La hierba apenas empieza a crecer ahí, sus cruces también fueron improvisadas y nadie sabe si rezan por el descanso de una mujer, un hombre o un niño. Eso sólo lo saben quienes llevan el registro en la Fiscalía estatal.
Jesús Antonio Caballero Díaz, director de Servicios Públicos señaló que esta fosa opera únicamente a solicitud de la Fiscalía.
“Las fosas son individuales, ya vienen en cajas, así que no sabemos quienes son, lo que sí es que se poda dos veces al año y en esta época se pone una que otra ofrenda floral”, precisó.
Aunque no hay casi nombres escritos en estas tumbas, también hay quienes fueron identificados después pero la familia no tuvo dinero para darles sepultura con lápida en otro punto del camposanto.
Los administradores se apiadan en estos casos y dejan a los deudos poner un distintivo.
Apenas media decena de estos resalta en el TH, no todos tienen la suerte de que sus familias tengan dónde llorarles.
Así, sin pena ni gloria, regresan a ser polvo los cuerpos de quienes alguna vez tuvieron nombre, familia, seres queridos, gustos y defectos; de quienes hoy descansan en el anonimato.