Respira hondo antes de conocer la inspiradora historia de este taxista de 70 años, en CDMX

CIUDAD DE MÉXICO.- La historia de José Luis la conocí de viva voz, lo abordé por el rumbo del Zoológico de Aragón y su charla fue placentera.

Es un hombre de 70 años “pero el trabajo en el taxi me mantiene activo y joven”, exclama, mientras me mira por el espejo retrovisor.

“Llevo 36 años al volante, comencé en 1986, cuando tenía 34 años y agarré cariño a este oficio. Inicié con un vochito amarillo de 1979. Era batallador, un burrito, porque yo mismo lo afinaba, nunca me quedé tirado”.

Los surcos en el rostro que le ha dibujado el tiempo son profundos, lo mismo que su sonrisa.

“Luego lo cambié por un tsurito 90, de esos cuadraditos y la verdad me fue bien, porque el pasaje lo prefería más por su espacio; luego me hice de un Pointer 2000, muy malo, por cierto, lo vendí y compré otro Tsuru, ahora 2010 y me acabo de comprar este Aveo 2018 y se porta bien, aunque es tragón de gasolina”.

En 36 años de taxista, José Luis ha visto cambiar nombres de calles y sentidos de avenidas, así como la competencia con los autos que brindan servicio por aplicación.

“La competencia es buena, yo siempre trato de brindar un buen servicio y dentro del reglamento, trato de llegar al destino del pasajero lo más rápido posible, pues quien se sube a un taxi lleva prisa”.

Agrega que ser taxista es la mejor decisión que tomó "me gusta la ciudad, la recorro de día y tarde, porque no trabajo por la noche. Me llena de orgullo cuando el pasaje me dice ‘gracias, fue un buen servicio’ y yo les respondo con una sonrisa".

José Luis no piensa retirarse “seguiré aquí, mientras el cuerpo aguante, jajaja”, concluye. 

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