Tras enviudar, Domingo García dobletea para ofrecerle lo mejor a su hija

Por Salvador Cisneros 

GUERRERO.– San Pedro Petlacala, es una pequeña comunidad de Tlapa, en la Montaña de Guerrero, donde la población no rebasa los 500 habitantes. En este pequeño poblado, sólo hay un padre, quién también hace las labores de madre: Domingo García. 

Hace cinco años, Domingo se quedó viudo y al cuidado de Mitzuri. Su esposa murió de leucemia, cuando la hija de ambos, tenía siete meses. 

Corto de palabras, platica que todo fue muy rápido, la llegada de su bebé y la enfermedad de su esposa, que finalmente le ocasionó la muerte. 

“Poco o nada sabía de bañar un bebé, darle de comer, cuidarla cuando se enfermaba, pero sabía que su vida —la de la niña— sería triste por la ausencia de su madre y por eso decidí quedarme el tiempo que más se pueda a su lado”, comenta el hombre de piel tostada. 

Él es un indígena nahua de 31 años, es ingeniero en computación y, antes de que su esposa falleciera, trabajaba en la cabecera municipal de Tlapa. Al quedarse a cargo Mitzuri, se estableció en su comunidad, San Pedro Petlacala. 

Para ganarse la vida y ofrecerle lo mas que pueda a su hija, Domingo arregla computadoras y abrió un pequeño ciber con apenas dos equipos. Invirtió los ahorros de su vida para instalar una antena repetidora y llevar internet desde Tlapa a su pueblo, así ofrece el servicio de internet inalámbrico por medio de fichas. 

Para completar el gasto para su casa y su pequeña, Domingo también se emplea en el campo con sus conocidos y familiares ganando 120 pesos para sembrar, barbechar, pizcar o limpiar. ya sea en el ciber o en el campo, siempre anda con Mitzuri; le sabe hacer varios peinados, le prepara su comida, le arregla su ropa y, la ayuda con sus tareas.

(Foto: Archivo El Gráfico)

Domingo asegura que luchará todos los días para ofrecerle a su hija lo mas que pueda, principalmente sus estudios, aunque Mitzuri aun no sabe que quiere estudiar, él espera que sea profesora como lo fue su madre.