Tengo dos relaciones. Un chavo con el que tengo sexo entre semana y una chava con la que viajo y disfruto los fines ninguno de los dos sabe que existe el otro, mi vida la tengo organizada y así soy más feliz porque odio la monotonía y no tengo la certeza de mi orientación sexual. Ninguno de los dos se ha dado cuenta de que los engaño. ¿Debería sentirme mal?
Tener dos relaciones al mismo tiempo es desleal hasta para ti. Puede que ninguna se te haga los suficientemente importante como para ponerla en prioridad y que al final termines sin ninguna de las dos, el consejo que yo te daría es que pienses cómo te sentirías si te lo hicieran a ti y evalúes si esa es una actitud positiva para encontrar a la persona correcta. Cuídate de las enfermedades cada que lo hagas con alguno de los dos porque sería grave contraer una enfermedad y contagiar al otro.
Entre las lluvias de las tardes y el tráfico, me he encontrado con un vecino más de dos veces en el transporte. Yo venía empapada y él me ha prestado su saco y hemos caminado juntos bajo su paraguas, sus amabilidades me traen loca y con eso de que vivimos cerca, me gustaría frecuentarlo más, pero sé que vive con su mujer y su hijo. Yo soy divorciada y estaría más que feliz de atenderlo en casa. ¿Es grave o me aviento?
Es bueno que reconozcas que estás metiéndote en una relación donde nada va a ser fácil. Entiendo que la química te vuelva loca, que te guste tanto la aventura como a él y que ese encuentro casual y natural te haga sentir cosquillitas en la panza. Hay muchas relaciones que se sienten así de ricas, te recomiendo que cuides tu corazón y tu cuerpo. Hazlo con condón si llega el momento y vive esa aventura sin expectativas.
Cuando lo hacemos (tener relaciones sexuales) mi marido y yo parecemos idiotas; él está feliz, se siente fascinado y la vida nos pasa entre tratar de tocarnos o coincidir para darnos besos. Pero, cuando no lo hacemos por meses empieza de entre nosotros una sensación de distancia en la que nuestro contacto se vuelve duro, sus chistes me parecen malos, sus palabras son hirientes y su trato se convierte en algo horrendo. ¿Cómo se encuentra el equilibrio?
Es un hecho que entre más frecuente tienes sexo, logras mejorar la calidad de tu relación. En el acto sexual se conjuntan muchos sentimientos, incluso el de amor propio. Mientras menos relaciones sexuales tienes crece un sentimiento de rechazo, de aburrimiento, de opacidad que tú describes bien. Si estás consiente de ésto, entonces introduce en tu relación las ganas y crea en casa el ambiente que despierte el deseo, compra juguetitos, inventa formas nuevas de fajar. Las relaciones sexualmente activas ayudan mucho a enfrentar los grandes y pequeños retos que toda relación de pareja enfrenta.
Mi hija tiene 25 años y su novio 20. Como mi hija vive en casa y su novio se queda a dormir más y más seguido, yo por las mañanas me topo con él porque mi hija se va a su oficina y él dizque trabaja en su computadora. A mí me parece que está gorroneando demasiado, pero no sé cómo poner un límite. ¿Qué hago?
El tener un invitado a fuerzas no es placentero, habla con tu hija, pon las cosas en orden, no permitas que su novio se vuelva una carga para ti, porque eso sólo te va a traer problemas con los dos. Hay reglas en las familias que debes de poner tú, porque sino se te salen las cosas de las manos, ya si tu hija quiere mantener al novio que lo haga en su casa, no en la tuya.
Me duelen los huevos porque mi novia está con el rollo de que se quiere casar virgen y quiere hacerlo por primera vez en la noche de bodas. Hacemos muchas otras cosas, como comer desnudos en la cama y me permite tocarla con los dedos, por adentro y por fuera, pero sé que si quiero ser el primero en su vida me tengo que casar, a mí eso se me hace falso e idiota. ¿Cómo se lo explico?
No es ni falso ni idiota, podrás no estar de acuerdo con esos valores, pero la debes respetar. Busca a otra que piense como tú y no trates de cambiar a la persona con la que quieres tener algo, ese error es muy común. Si te parecen falsas e idiotas las razones de tu chava vale la pena preguntarte si es la persona con la que quieres compartir el resto de tu vida, ¿no crees? Y si llegas a la conclusión de que no, dícelo y deja que ella encuentre a alguien más.