Democracia bananera
Este año habrá elecciones a nivel estatal en 14 entidades del país. La más representativa será la gubernatura en Baja California, última joya de la corona perdida del panismo, valiosa porque fue la primera que ganó, en 1989, de la mano de Ernesto Ruffo Appel.
La Cruzada Nacional contra el Hambre enfoca sus esfuerzos en los municipios que concentran al mayor número de votantes en la entidad fronteriza: Tijuana, Mexicali y Ensenada. Pero la Cruzada también atiende a un sector de la población urbana en situación de pobreza alimentaria. Porque, hasta el sexenio anterior, la estrategia se concentró principalmente en poblaciones rurales.
El plan de acción de la Sedesol llamó la atención de los diputados federales, y las comisiones unidas de Desarrollo Social y Asuntos Indígenas citaron a comparecer el día de ayer a su titular, Rosario Robles.
En la Cámara de Diputados no hubo quien pudiera ganarle el debate a Robles, se encontró con diputados panistas apanicados por la detención de su antigua aliada, Elba Esther Gordillo, y con unos perredistas muy alineados con el Pacto por México. Robles mató todas las críticas al explicar los criterios de selección utilizados por la Coneval y los ejes de su Cruzada; su estocada fue prometer que respetará la veda electoral.
Sin embargo, en México conocemos bien el uso de la letra chiquita de las reglas electorales, y el PRI en el estado de México repartió apoyos en año electoral previo al inicio del proceso y que le permitió amarrar la lealtad de los líderes de oposición en los otrora llamados corredores amarillo y azul.
Lo anterior ocurrió en el año 2009, cuando el PRD y sus pugnas internas perdieron importantes municipios como Ecatepec y Nezahualcóyotl. Y el PAN vio fulminados sus bastiones en Naucalpan y Tlalnepantla debido a la inocultable corrupción, como una clara señal de lo que pasaría más tarde a nivel federal.
El encargado de ejecutar esa operación fue el entonces secretario de Desarrollo Social del estado de México y amigo cercano del Presidente, Ernesto Nemer, hoy subsecretario de Desarrollo Social y Humano a nivel federal.
Así, mientras se denuncia desde la oposición el posible uso electoral de los dineros y programas públicos en la ciudad de México, también el día de ayer, el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera se fue a echar un desayunito con líderes de las tribus del PRD para tratar asuntos electorales, en un día hábil y en horas de trabajo.
El doctor hizo un anuncio que podría ser importantísimo para los habitantes de esta ciudad: no se afiliará al partido del sol azteca. Los perredistas quieren que Mancera se sume a las protestas por el posible incremento a los impuestos y la apertura de Pemex al dinero privado que ya viene. Pero también Mancera aprovechó para desmarcarse, al menos en el dicho, de su antecesor Marcelo Ebrard. Dice que en el gobierno del DF manda él y nadie más. Le creeríamos si no fuera por el hecho de que más de la mitad de su gabinete es incondicional del ex jefe de gobierno.
Mancera tiene a menos de cinco personas de su entera confianza en el gabinete local. Y lo que raya en lo grotesco de nuestra democracia bananera es la necia campaña presidencial de Marcelo Ebrard, quien ahora quiere ser candidato en 2018. Marcelo fue ayer a marear a los estudiantes del ITAM. Lo que viene en el PRD es armar un Tucom contra Marcelo, ya que los poderes fácticos amarillos están dispuestos a cerrarle el paso a como dé lugar.
Periscopio
Se dio a conocer el retrato oficial del presidente Peña; el gobierno federal pagó la austera cantidad de 376 mil pesos al fotógrafo Héctor Armando Herrera Peralta, cantidad similar a lo que pagó, 340 mil pesos, el alcalde de Irapuato, Guanajuato, Sixto Zetina, por su retrato oficial. Zetina se disculpó ya por el dispendio.