Sin evidencia, luchador Sepultura lleva 13 años en prisión

Más de una década ha pasado desde el día que la vida cambió por completo para el luchador Sepultura.

Además de gladiar profesionalmente con ese personaje, trabajaba como herrero, y, tras regresar de pactar un nuevo presupuesto con un cliente fue aprendido por la policía, sin mediar explicación alguna. Ya en los separos de la Gustavo A. Madero se enteró que era acusado de privación ilegal de la libertad.

“Me detuvieron el 7 de marzo de 2003 y me fincaron un delito de privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro agravado. Desde un principio no hubo una parte acusadora que me identificara”, lamenta.

A su favor, la supuesta agraviada lo deslindó de cualquier tipo de responsabilidad, pero fue sentenciado a 18 años en prisión”. Y ahí sigue, en el Reclusorio Oriente, esperando lo que dicta su destino. 

“La persona afectada declaró que no tenía nada que ver pero nunca me la hicieron válida. Dos de las personas que llegaron conmigo ya están libres, eran servidores públicos, no quiero más que eso, mi libertad. Iba pasando por ahí, nunca nadie me señaló y me deslindaron”.

TERAPIA SOBRE EL RING. Aunque falta menos tiempo para cumplir su condena, no se conforma y apuesta a sus antecedentes para recuperar la libertad. Mientras tanto, la lucha libre sigue siendo su gran aliada para aguantar el encierro.

“Mi padre me acercó a la lucha libre, empecé a entrenar desde que tenía 11 años de edad, en 1990, a los 17 debuté en la lucha profesional, en la arena Nezahualcóyotl, fui parte del Consejo Mundial de Lucha Libre, después de la AAA y posteriormente me hice luchador independiente” recuerda.

Tras las rejas, se integró al grupo de lucha que inició Pentagoncito, quien en 2003 pasó la estafeta a Sepultura. “Hoy luchan a un nivel no profesional, pero con buen conocimiento”.

PASIÓN ENCARCELADA. Es maestro de lucha libre en el Reclusorio Oriente, donde organiza funciones con gladiadores profesionales.