Beisbol mexicano

El lanzador Francisco Campos se retira del béisbol por la puerta grande

El veterano está a tres triunfos del doble centenar, y no se irá de la lomita hasta conseguirlos

(Foto: Cortesía Piratas de Campeche)

Deportes 02/06/2018 11:23 Gabriel Cruz Actualizada 11:23
 

Hace tiempo que el lanzador Francisco Campos decidió irse del beisbol profesional, pero tiene una cuenta pendiente por saldar que le ha impedido bajarse en definitiva de los montículos de paga. 

Arrancó la campaña 2018 con 195 victorias, así que postergó su partida hasta lograr la hazaña de las 200. A sus 45 años, las oportunidades son cada vez menos, ya abre pocas veces los juegos y como relevista todo es más difícil, pero sumó dos triunfos en la campaña que terminó la semana pasada. 

Ya son 25 años de trajín, casi el número de temporadas que ha defendido la franela de los Piratas de Campeche, quienes lo firmaron como catcher hasta que el destino lo convirtió en pitcher, rol con el que se ganó un mote especial, de “Pancho Ponches”, gracias a sus más de dos mil abanicados desde la lomita.

Su recta ha perdido velocidad. Ya pinta canas y las nuevas generaciones lo ubican menos, “pero me quiero ir por la puerta grande. Ya estoy convencido y complacido por lo que me ha dado y por lo que le he dado al beisbol. Le he entregado la vida al beisbol, le he dado todo”.

Ganó todo lo que desde el montículo se puede lograr, salvo lanzar un juego perfecto. Está listo para decir adiós, pero tiene algo por hacer aún. “Me faltaba el “Retorno del Año” y ya me lo dieron, tengo un juego sin hit ni carrera, otro sin hit ni carrera combinado, fui campeón de ponches, gané la Triple Corona, campeón de porcentaje de efectividad, Jugador Más Valioso, Pitcher del Año, campeón de innings lanzados en una temporada, de blanqueadas”, presume.

Así que ha sido testigo de lo avances que la pelota caliente ha sufrido, “el beisbol en la LMB se ha encargado de invertir en cuidarnos. Ahora nos hacen doping, están detrás de nosotros. Todo ha evolucionado y hay muchos prospectos mexicanos que pueden llegar al beisbol mundial”.

Pero no es eso lo que le hace querer irse, está cansado y sabe que es tiempo para lo jóvenes, “es otra época para ellos. Antes no había viajes de avión para los novatos, nos mandaban en camiones malos que ni siquiera tenían baños, nos teníamos que estar parando en cada ciudad. Los hoteles eran muy malos. En la Ciudad de México nos mandaban al hotel Saratoga, que tenía un tugurio al lado”.

Recuerda que se trata de rescatar a la afición, “no va al estadio, pero eso ha sido toda la vida. Si el equipo gana, la gente va al estadio; si pierde, no va. Con un equipo competitivo los fanáticos están. Nadie paga por ir a vernos perder”.

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