Le debe la vida a la lucha libre

Cuando el padre de Sexy Violeta la dejó para siempre, el mundo se abrió a su alrededor dispuesto a tragársela. Valiente, enmascaró sus miedos y en honor a quien le dio la vida dio sus primeras maromas sobre el cuadrilátero, una decisión que le cambió la vida.

Ser luchadora es un sueño cumplido, pero de su padre, aunque indirectamente le dio sentido a su andar como ser humano. “En Violeta veo a alguien que ya no está aquí, que me llena. Mi personaje es muy importante y busco demostrar que estoy bien preparada, lista para cumplir todo lo que mi padre quiso para mi”.

Hacerse de un lugar como mujer es duro, un reto complicado de salvar. Sobre todo para alguien como ella, madre de un niño y una niña a los que con mucho dolor, les resta tiempo en casa, “alejarte de ellos para ir a luchar fuera de la ciudad, eso es un sacrificio muy duro, pero ellos lo entienden. Se emocionan con lo que hago, pero no creo que se dediquen a esto, en general, nadie en la familia se ha dedicado a la lucha libre”.

Empezó su aventura en el gimnasio Starman, con el profesor que le da nombre al lugar, él también bautizó a la esteta y la aventó a una lucha de exhibición. Para ella era un pasatiempo, distraía sus malos humores y calmaba el pesar por la ausencia paternal.

Un año después. Cuando la herida cedió y empezó a cicatrizar, la lucha libre ya la había atrapado. “Me di cuenta de que llenaba el vacío que él dejó. Siempre me impulsó y su muerte me motivó a entrar a practicar. Así que cuando me dieron la oportunidad de debutar no quedé mal y desde entonces estoy aquí”.

UN PASO ADELANTE. Hoy, los promotores la buscan, su trabajo en los encordados la avalan. Se mueve segura y el público la sigue. Ya convenció hasta a los aficionados más escépticos.

“Hace un mes me vio mi profesor luchar y me felicitó por los avances que he tenido, pero no me conformo. Busco ser distinta en todo. Mi personaje es rudo y aguerrido, no me intimida nadie. También me gusta llavear, algo que le he aprendido a mi profesor Dr. Cerebro, manejar todos los estilos”.

Así que va por todo, inclusive ser parte del Consejo Mundial de Lucha Libre. “Admiro al Último Guerrero, sigo siendo aficionada a la lucha libre y lo sigo a todas partes. Es mi sueño ser parte de esa empresa muy pronto”.