LOS GOLES que falles te los van a anotar. Así lo dicta una máxima futbolera que ayer experimentó Tigres ante River Plate y que le causó un gran dolor: perder el título de la Copa Libertadores, goleado 3-0, ante el club argentino que se proclamó campeón de América después de 19 años.
La UANL pagó caro su falta de contundencia en el primer lapso. Los felinos de Ricardo Ferretti tuvieron tres veces a los Millonarios con las fauces al cuello, pero perdonaron a un rival que en su primer arribo disparó una bala que los hirió de muerte.
Lo que siguió fueron otros dos disparos con los que terminaron por cazar a la fiera norteña. Y la imagen de Javier Aquino regando con sus lágrimas el césped del estadio Monumental, sacudiendo su cabeza como si quisiera zafarse la tristeza.
Pero la historia ya estaba escrita. El cuadro regio se convirtió en el tercer equipo mexicano en perder una final del torneo continental, al igual que Cruz Azul en 2001 y Chivas en 2010.
La afición azteca, que apoyó en redes sociales a Tigres sin importar camisetas, se quedó con las ganas de gritar esa frase que dice: “La tercera es la vencida”.
Y aunque a Tigres le faltaron goles el arbitraje siguió dando de que hablar, pues el juez central amonestó a toda la defensa felina, perdonó un penal a los regios y dos expulsiones a River: la de Alario y Funes Mori por fuertes entradas.
PURAS FALLAS. Las fallas de la UANL iniciaron al minuto 15. Rafael Sobis no pudo controlar una pelota filtrada por André-Pierre Gignac y el grito de gol se esfumó para la tropa norteña.
Después, Javier Aquino se lució al quitarse a tres contrincantes y servir para Egidio Arévalo, quien careció de tino al definir de primera. La bola fue rechazada y quedó de nuevo a los pies de Aquino, pero éste la voló (22’).
Enseguida, Jürgen Damm desbordó por la banda derecha; tuvo la oportunidad de disparar a la portería, pero eligió ceder el balón a Gignac, quien se resbaló para que el marcador siguiera 0-0.
El conjunto argentino poco a poco tomó el dominio del encuentro y aprovechó el hecho de que Tigres no hacía efectivo su instinto depredador en el área millonaria.
Así que antes de que el árbitro pitara el final de la primera mitad, el Estadio Monumental se volvía loco justo cuando un cabezazo de Lucas Alario, ante una débil marca de José La Palmera Rivas, decretaba el 1-0 a favor de la escuadra argentina.
¡AY AQUINO! Tras el descanso, Tigres saltó a la cancha con la meta de sacudirse la desilusión y remontar el partido en busca de la anhelada Copa.
El tiempo transcurría y la gloria para el conjunto regio se alejaba. El Tuca Ferretti sacó a Arévalo e ingresó a Jesús Dueñas con la intención de tener una mejor salida al frente e igualar el marcador.
Pero lo que siguió fue un panorama desalentador: un buen desborde de Damm y un mal cabezazo de Javier Aquino en el área chica, pues mandó el esférico por encima del larguero.
Luego, el ex futbolista cruzazulino cometió una falta sobre Carlos Sánchez y el árbitro decretó penal. Desde la mancha de cal, el propio Sánchez se encargó de convertir el gol del título de la Copa Libertadores para River Plate (74’).
Con el 2-0 a favor, el cuadro argentino ejecutó el tiro de gracia para los felinos con un tanto de Funes Mori (79’).
Entonces Aquino lloró, mientras los Millonarios corrían eufóricos por el césped, recibían su medalla de campeón y reflejaban sus sonrisas en la Copa que alzaron en todo lo alto en el Monumental.
Te dejamos los mejores memes de este encuentro, pues no fue perdonado por los usuarios de las redes sociales.