pasión por los colores
Aficionado azulcrema viaja desde Houston para visitar el 'Nido'
Apenas llegaron a México procedentes de EU, Jorge Torres y su hijo acudieron a Coapa para obtener la firma de sus ídolos
(Foto: Ariadna Montoya | El Gráfico)
Jorge Torres viajó de Houston a la Ciudad de México para hacer tres visitas obligadas: la Basílica de Guadalupe “para pagar un manda”; el Estadio Azteca, para apoyar al Tri en su camino al Mundial y la más emotiva, el nido de las Águilas, el club de sus amores.
Oriundo de Zamora, Michoacán, Jorge llegó a la capital mexicana junto con su hijo del mismo nombre. Ambos esperaron la salida de los jugadores, afuera de las instalaciones de Coapa y bajo el fuerte sol citadino.
El premio fueron las firmas de futbolistas azulcremas como Agustín Marchesín, Darwin Quintero y Goltz.
“La única vez que entré al nido fue en 1983. Los guardias me dejaron pasar y conocí a Cristóbal Ortega, Juan Antonio Luna y un portero, Arturo Báez. Después me sacaron”, cuenta mientras intenta convencer, sin éxito, a los elementos de seguridad que resguardan los campos de las Águilas para que lo dejen pasar.
Los recuerdos invaden de pronto a Jorge. “En 1991 me fui a Estados Unidos para ganarme la vida. Trabajo en una fábrica de resortes industriales para vehículos, plumas, de todo. Ya tengo mis papeles en regla”.
Allá nacieron sus hijos: Jorge, de 20 años y Daniel, de 15. Los dos son americanistas de hueso colorado.
Cuando don Jorge se marchó al país del norte, hace ya 26 años, se llevó su pasión azulcrema. “En los 80, mi hermano mayor fue el que me metió el amor por el equipo. Cuando tuvimos televisión yo quería ver caricaturas y él me ponía los partidos de las Águilas”, relata.
Su hijo Jorge sonríe: “Así igualito me hizo a mí. Quería ver la tele y mi papá me ponía al América”.
Antes de abandonar Coapa, papá e hijo dejan un deseo para el equipo: verlo de nuevo campeón.