La maldición que el Barcelona no ha podido romper

Desde hace muchos años, algunas de las grandes promesas juveniles del Barcelona han sufrido de una extraña "maldición", que los ha hecho no dar el salto final para consagrar sus carreras.

Con el reciente llamado de Munir el Haddadi a la selección española y su sorprendente titularidad en la escuadra catalana, los fantasmas del pasado han comenzado a rondar a este ariete de tan sólo 19 años de edad.

Otros casos similares se remontan a la década de los 80 con Paco Clos, quien apuntaba a ser una estrella en el equipo, hasta que su magia se agotó y terminó por abandonar el equipo.

Con el inicio de la década de los 90 y la presión del apellido Jordi Cruyff, hijo de Johan Cruyff, tampoco logró trascender, a pesar de tener un debut con el primer equipo muy aceptable.

Oriol Riera y Sergio García son casos similares, ya que aunque ambos debutaron durante la época de Frank Rijkaard, otras figuras como Ronaldinho, Kluivert y Saviola opacaron sus logros y les cerraron las posibilidades de permanecer en el equipo.

Bojan es probablemente el caso más reciente, ya que aunque logró desplazar a Thierry Henry y a Zlatan Ibrahimovic, las dificultades con Josep Guardiola lo llevaron a buscar brillar en la Roma de Italia, pero desde que salió del Barcelona, su nombre se borró del mapa.