Las grandes decepciones del Mundial
Brasil 2014 podría ser considerado como la "Copa de las promesas"
Con la coronación de Alemania en el Mundial, jugadores, directivos, técnicos y federaciones se quedaron con un sabor amargo en la boca, debido a los malos resultados de sus selecciones.
Existe un gran listado de fracasos, tanto a nivel colectivo como individual, que por el simple peso de sus nombres, prometían ofrecer un mejor espectáculo dentro del terreno de juego.
Uno de los primero fracasos de Brasil fue la tremenda derrota de España, campeón defensor, primero ante Holanda y después con Chile.
Si bien, el primer tiempo disputado entre ambos equipos estuvo parejo, para el segundo Robben y Van Persie evidenciaron las carencias y errores de "La Furia Roja".
Las selecciónes de Italia e Inglaterra también fueron dos de las más grandes decepciones del torneo, ya que ninguno de los dos logró pasar de la fase de grupos y quedaron por debajo de Uruguay y Costa Rica, quienes se encargaron de eliminarlos.
Cristiano Ronaldo y Portugal no quedaron excentos de las críticas, a pesar de que el jugador del Real Madrid trató de brillar, no logró llegar a su máximo nivel debido a dos lesiones que venía arrastrando desde meses antes.
Arjen Robben, quien se ganó a la afición a costa de la humillación que le propinó a la defensa de España, se convirtió en el villano y posiblemente, el jugador más odiado en Brasil, ya que sus constantes "clavados" y actuación de faltas le costaron la eliminación a México y le arrebataron el tercer lugar a Brasil.
La selección del país anfitrión también figura en la lista de fracasos, ya que pasó de ser candidato al Mundial, a ser la vergüenza de todo un país y sus aficionados al ser derrotados 7-1 en semifinales.
Entre las figuras menos queridas y con la etiqueta de "resposables" de su eliminación, se encuentra el técnico Luis Felipe Scolari, el delantero Fred, el portero Julio Cesar y Hulk, aunque todo el equipo dejó mucho que desear.
Por último, está Lionel Messi y Argentina, que aunque fueron de menos a más durante el certamen, nunca lograron ofrecer un juego colectivo como el de Alemania y siempre le apostaron a un chispazo de habilidad que nunca llegó.
Otros de los villanos, que hasta cierto punto pueden generalizarse, fueron los árbitros de la competencia que anularon goles válidos, marcaron penales inexistentes y se limitaron ano marcar jugadas claras de expulsión, que pudieron haber cambiado el resultado de algunos encuentros.