Este domingo, Kelce, Patrick Mahomes y el resto de los Kansas City Chiefs podrían convertirse en el primer equipo de la NFL en ganar el trofeo Vince Lombardi en tres ocasiones seguidas. Pero esta hazaña, sin embargo, pudo haberse truncado hace 15 años, ahí mismo, en Nueva Orleans.
Era enero de 2010 y Travis Kelce, de 20 años, viajó a la ciudad para jugar el Sugar Bowl con su equipo de la Universidad de Cincinnati, y rápidamente todos fueron envueltos en el ambiente de la ciudad, especialmente en el French Quarter, donde la tentación de la fiesta fue imposible de resistir.
Kelce y sus compañeros disfrutaron a tal nivel que el resultado del juego fue una derrota aplastante ante Florida y, peor aún, una prueba de drogas positiva por marihuana que le costó una suspensión de un año.
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Esa separación pudo acabar con la carrera de Travis en el futbol americano. Sin embargo, su hermano mayor, Jason, también jugador en ese momento con Cincinnati, intercedió por él ante los entrenadores para que le dieran una segunda oportunidad.
Travis cambió de posición, dejó de ser mariscal de segundo equipo y se convirtió en ala cerrada titular. “Me sentí avergonzado, pero me hizo darme cuenta de quién estaba de mi lado y de que debía esforzarme más”, comentó hace poco en una entrevista.
La temporada previa a su salto al futbol americano profesional, Kelce estableció récords con 45 recepciones, 722 yardas y ocho touchdowns. Obtuvo los honores del Primer Equipo de la Conferencia esa temporada y ganó el premio al Mejor Ala Cerrada del Año de los College Football Performance Awards.
En 2013 entró al draft de la NFL siendo otro
Tuvo que esperar hasta la segunda ronda para que Kansas City lo fichara en la selección 63, también gracias a la intermediación de su hermano mayor, quien lo recomendó con su exjefe, Andy Reid, que acababa de dejar su puesto como entrenador en jefe de las Águilas de Filadelfia para hacerse cargo de los Jefes.
Kelce no ha vuelto a distraerse desde ese momento. Junto a Patrick Mahomes ha llevado a los Chiefs a cinco Super Bowls en seis años, convirtiéndose en una de las figura dentro de la NFL y un candidato natural para el Salón de la Fama.
Su relación con Taylor Swift simplemente ha añadido un toque de glamour a su trayectoria
A sus 35 años, asegura que espera seguir jugando al menos tres temporadas más, aunque son muchas las apuestas que quisieran que otro anillo, el de compromiso, protagonice la celebración de un eventual triunfo este domingo en Nueva Orleans, la ciudad que una vez puso en riesgo su carrera, pero que podría convertirse en el escenario de su mayor triunfo.
