MEDALLA SUFRIDA
Ana Gabriela Guevara contó lo que sufrió para conseguir la plata en Atenas 2004
"El país esperaba un metal en mí"
Foto: (Archivo. El Gráfico)
“No voy a regresar a México diciendo que no pude”, fue la frase que Ana Gabriela Guevara le dijo a su entrenador, previo a los Juegos Olímpicos Atenas 2004, porque ella tenía claro que “era ir a recoger mi medalla”, más allá de que no estaba al 100% en el aspecto físico.
La velocista mexicana recordó que esa justa veraniega “fue satisfactoria, porque aprendí mucho como deportista y me ayudó a calibrarme mucho como persona”, ya que la vida le presentó la prueba más difícil de su carrera: una lesión en el tendón de Aquiles a tan sólo unos meses de acudir a la capital de Grecia.
MOMENTO CUMBRE
“Haber vivido tres años previos muy pletóricos, un cuento perfecto en cuanto a viajar, competir y triunfar... Luego, en el preámbulo, llega la lesión y fue enfrentarme a una competencia conmigo misma, porque era entrenar con el dolor”, rememoró la originaria de Nogales, Sonora.
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Guevara contó que, cuando supo el diagnóstico, “trataba de minimizarlo, de ser optimista. Pensaba que se iba a resolver [rápido] e íbamos a tener una recuperación que me salvara, pero fue todo lo contrario, no había una solución y médicamente tampoco podía ingerir cosas de más, por los controles de dopaje”.
Así, llegó el 24 de agosto de 2004. La velocista saltó a la pista en los 400 metros planos, sabiendo que “el país esperaba un metal en mí”... Y no defraudó.
Ana Gabriela escuchó el disparo de salida y, tras 49.56 segundos de esfuerzo, finalizó la carrera en la segunda posición.