FUTBOL MEXICANO
Barras de San Luis y Querétaro revelan que la bronca estaba cantada; la seguridad falló
Por su parte, Amilcar, líder de la porra queretana Resistencia Albiazul ,se limitó a decir que “es imposible controlarlos en una situación así, ellos nos agredieron también”
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Pasaron de aficionados a grupos de choque. La guerra ya estaba cantada. La visita del Querétaro al estadio Alfonso Lastras era “pelea segura, casi siempre es así”, así lo señalaron desde el interior de la porra del Atlético de San Luis, La Guerrilla.
“Con Querétaro siempre es así, lleva años [el conflicto]”, resaltó “Ana”, integrante de La Guerrilla, quien pidió el anonimato.
“Me parece que falló la seguridad, eran muy pocos elementos de seguridad para tantos visitantes, eso fue lo que falló. Además, no se les vende tanto boletaje a los visitantes, porque saben que ante Querétaro es un clásico y es pelea segura”.
Respecto a la rivalidad del llamado “Clásico del Centro”, la aficionada potosina justificó el actuar de los barra bravas locales.
“Ellos [seguidores radicales de Gallos Blancos] llegan a provocar y por eso casi siempre hay pelea. Al ver que golpeaban a la gente, los hombres, los que son más fuertes, abrieron paso [en los pasillos], para que los demás corrieran [a la grada visitante]. Afortunadamente no hubo muertos ni heridos graves”.
Sobre credencializar a los integrantes de La Guerrilla, “Ana” reveló que la actual administración les habló de un proyecto que quedó en el olvido.
“Tenemos buena relación con el club. Se nos propuso acreditarnos y llevar un control para darnos entradas, pero ya no se tocó el tema después”, remató.
Por su parte, Amilcar, líder de la porra queretana Resistencia Albiazul ,se limitó a decir que “es imposible controlarlos en una situación así, ellos nos agredieron también”.
Finalmente, Alberto Marrero, CEO del Atlético de San Luis, aceptó la responsabilidad tras los actos de violencia en el estadio Alfonso Lastras. “Acá nadie se ríe y nunca me ha pasado por la cabeza renunciar. La situación es crítica, soy responsable del club y me siento avergonzado. Soy culpable y si hay un castigo, estamos listos.