Canelo Álvarez cierra su rivalidad frente a Gennady Golovkin, con otro triunfo facilito

Olviden a “Marvelous” Marvin Hagler, que en cada golpe trataba de arrancarle la cabeza a Tommy Hearns, favorito en las apuestas pese a que era el retador, en esa pelea de 1985.

Nada que ver con Julio César Chávez, en ese duelo del fin de semana patrio de 1992, quien salió a noquear a Meldrick Taylor en el último asalto, y contra todo pronóstico, lo logró.

En el choque “Canelo” Álvarez contra Gennady Golovkin podrían llamar a éste descastado, apático, falto de coraje. Podrán endilgarle muchos adjetivos pero nunca el de pobre.

Golovkin saltó al cuadrilátero a asegurarse un retiro dorado, al cobrar 20 millones de dólares, y nada más.

Durante 12 asaltos se dedicó a evadir el combate, marcar algunos golpes, como si consintiera a un sparring, y alejarse del fuego de “Canelo”.

Además, enfrente no tuvo a un huracán sino a un peleador que marcaba jabs en el aire pero jamás trató de hacer daño.

Luego de 12 episodios sin emoción, en cámara lenta, el de Guadalajara retuvo el título absoluto de peso mediano. Nunca hubo un atisbo de combate o reto al “Canelo”.

Un Golovkin más lento que precavido esperó hasta el noveno asalto para lanzar algunos jabs. Demasiado poco, demasiado tarde. El retador nunco puso en apuros a un campeón que salió a esperar, y ante la falta de iniciativa del contrario, prefirió dejar pasar los asaltos hasta que sonó la campana en el round 12.

Los especialistas coincidieron en que a la pelea le faltó emoción y le sobró propaganda. Un triunfo más al récord del “Canelo”, otro renglón a la acusación de que enfrenta peleadores a modo.