ÁNGEL CAÍDO
Conoce a la modelo que reivindicará la belleza de las mujeres mexicanas en ExpoMoto 2018
La morelense Itzany Maldonado no agarra una moto desde que se cayó en una en la prepa, pero competirá en MotoFashion para ganarse la suya
(Foto: Facebook)
Itzany tiene dos retos muy grandes en ExpoMoto 2018: El primero, reivindicar la belleza mexicana ante pura competidora extranjera en MotoFashion y, el segundo, perderle el miedo a las motos, a las cuales ama y adora por todo lo que significan y lo que le hacen sentir.
“Las motos me dan un poco de miedo, desde que en la prepa me caí una vez. Un amigo nos prestó a mi amiga y a mí una moto de esas superpesadas y nos fuimos a dar una vuelta por Periférico. Entonces nos caímos y hasta un taxista nos tuvo que ayudar a levantar la moto, la cual me cayó sobre mi pierna y me quemó. Desde entonces no he vuelto a agarrar una, aunque me gusta sentir la velocidad, el aire en mi cara y la libertad”, refiere la guapura cuernavaquense, que florece y deslumbra como La Ciudad de la Eterna Primavera.
“No he visto a mis competidoras, pero supongo que va a ser difícil porque hay muchas chicas guapas. Pero no importa, la idea es reivindicar la belleza de las mujeres mexicanas, porque aquí en nuestro país claro que hay chicas muy bellas. Desgraciadamente, en México prefieren darle más el trabajo a una argentina o colombiana que a una mexicana y eso está muy mal. Eso es malinchismo”, lamentó con un puchero, que en su lindo rostro asemejó más a dar un beso al infinito.
Sobre el modelaje, refirió que “siempre me gustó y comencé desde los 15 años en Taxco, donde modelé para muchos muestrarios de plata. Luego me vine a México a estudiar y un día, en Perisur, alguien se me acercó para invitarme a una agencia. Aunque en un principio le dije que no porque creía que se trataba de trata de blancas, después me di cuenta de que no era así, de que era algo serio y comencé a modelar”.
Ah, pero eso no es todo, pues “a parte del modelaje soy quimicafarmacobióloga, aunque no me dedico a eso. Digo, sí me encantó la carrera, pero la parte del uso de animales fue algo que no me gustó porque yo soy muy proteccionista de la naturaleza. La verdad es que no sabía que todas las pruebas se realizaban en los animalitos, aunque la carrera es muy bonita”.
Y culminó diciendo: “Fue un shock. Lloraba, lloraba y lloraba, aunque te aseguro que jamás maté ni un solo ratón, aunque trabajábamos con ellos, con ratas, monos, conejos y hasta perritos. Sí quise abandonar, pero ya estaba a mitad de la carrera y mejor preferí acabarla”.