COMANDA TRIUNFO
El luchador japonés Okada compartió esquina con viejos conocidos y lució en la México
Tres enmascarados serían sus sinodales, el guión perfecto para fusionar su estilo recio con la experiencia del Último Guerrero y el Negro Casas
(Foto: Archivo El Gráfico)
A Okada, el ser considerado como el mejor luchador del mundo no lo hace volar más allá del enlonado, mucho menos si comparte la esquina con dos de los que lo ayudaron a pulir su estilo en los enlonados mexicanos.
La noche del viernes le esperaba una cita especial al esteta japonés, anunciado en la lucha semifinal de la arena México. Tres enmascarados serían sus sinodales, el guión perfecto para fusionar su estilo recio con la experiencia del Último Guerrero y el Negro Casas.
Y lo hizo con aplomo, anclado en el recorrido ganado en cuadriláteros internacionales, de regreso en un territorio donde fraguó buena parte de su presente.
El personaje de Místico lo enfrentó, el más famoso en su país de origen, y lo venció para irse de la colonia Doctores con un triunfo poblado de nostalgia. “Agradezco mucha esta oportunidad, es un gran orgullo hacer esta incursión en la arena México”, compartió a través de las palabras cansadas de su traductor.
“Fue un honor”, aceptó con un flachazo de humildad digno de su grandeza. “Por eso es que debería regresar al CMLL muy pronto”, advirtió.
Sincero, destacó que poco cambió de aquel que sudó en los gimnasios y arenas pequeñas en el pasado, “soy el mismo simplemente con otro color de cabello. Disfruté mucho de esta función porque crecí en México”.