Una grave infección conocida como choque séptico terminó con la vida de Fernando “Toro” Valenzuela. Esta complicación ocurre cuando el organismo responde de manera descontrolada a una infección, por lo que produce una reacción inflamatoria que puede llevar a que varios órganos fallen al mismo tiempo y que, como en el caso del sonorense, sea letal.

Según el certificado de defunción de Valenzuela, público desde ayer por la noche, el 34 de los Dodgers padecía desde hace meses cirrosis hepática y cirrosis por esteatohepatitis no alcohólica o NASH.

Estas dos enfermedades, relacionadas con el consumo excesivo de alcohol y la acumulación de grasa en el hígado por padecer diabetes, obesidad y síndrome metabólico, llevaron a Valenzuela a ser hospitalizado hasta que su organismo no resistió más y se produjo el choque séptico que acabó con su vida el 22 de octubre pasado, con 63 años.

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“El choque séptico no es una enfermedad, sino una condición grave de infección, una respuesta inflamatoria descontrolada, baja presión severa y fallo multiorgánico que ponen en muy alto riesgo la vida del paciente”, describe la Urgencióloga Pediatra Diana Guerrero, especialista adscrita al Hospital Infantil de México Federico Gómez.

Enfermedades crónicas como diabetes, insuficiencia cardíaca, enfermedad hepática o renal aumentan el riesgo de que una persona entre en un choque séptico mortal.

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(Foto: Especial)

El certificado de defunción del sonorense también enlista como una condición significativa que contribuyó a su muerte la “probable” enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un trastorno cerebral rápidamente progresivo, que afecta a una persona de cada millón por año en todo el mundo.

Fernando Valenzuela ganó el premio Cy Young y el trofeo al Novato del Año en la temporada de 1981, cuando fue una pieza clave para que los Dodgers de Los Ángeles conquistaran la Serie Mundial.

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