De sangre malosa
Hija del gladiador Sangre Chicana habla sobre el machismo en la lucha libre
La Hiedra camina sin miedo los enlonados profesionales; heredera de una fama ligada al escándalo, que ha sabido incluir en su personaje
(Foto: Archivo El Gráfico)
Aliada al escándalo como parte de su herencia, la Hiedra aprendió a caminar sola los cuadriláteros profesionales, con la convicción de haber avanzado en ellos sin echar mano de la fama de su padre.
Y vaya que Sangre Chicana hizo ruido como profesional, no por nada se ganó el mote del ‘Amo del Escándalo’, pero de eso, su hija solo se aferró al ejemplo y no al personaje. “A todos nos cuesta, así como a mi papá le costó hacerse de un nombre, yo he tenido que sufrir para lograr mis objetivos. Ha sido poco a poco, todo cuesta en la vida”.
Arriba y abajo del ring se parece mucho a su padre, es más, se declara aún más ruda y como mujer, eso no siempre es bien visto. “Soy de carácter muy fuerte, mi papá era rudo en el ring, pero es hombre y así era su personaje. De por sí la gente no me quiere porque dice que soy muy sangrona, pero es mi personaje también y aprendo a manejarlo”.
Ser parte de Triple A para ella es un sueño cumplido. “Siempre quise estar aquí porque fue el lugar donde vi trabajar a mi papá. También estuvo en el Consejo Mundial pero yo crecí viéndolo en Triple A. Es una carga muy fuerte, todos piensan que ha sido algo fácil para mi y que me ha ayudado a conseguir cosas en la lucha libre. Si hubiera querido empezar con éxito hubiera tomado su nombre para luchar, al contrario, yo quise llegar hasta donde pudiera como la Hiedra, fue mi padre quien lo hizo público”.
Tras su máscara se nota molesta, no le agradan esos comentarios, “no es justo que se digan cosas así, porque insisto, quise hacer mi propia historia como la Hiedra y lo estoy consiguiendo”.
Como parte de una nueva generación de gladiadoras, ve con gusto que las puertas cada vez son más grandes para las guerreras de los encordados, porque no fue siempre así. “Nos están dando un lugar que antes no había, nos tocó escuchar a gente como Rossy Moreno, a quien los propios compañeros mandaban a lavar los trastes. Siempre hubo machismo y es difícil pasar esa línea, pero tanto en el ámbito independiente, Consejo y Triple A hemos demostrado que podemos con ellos, en lo personal me he enfrentado a muchos luchadores y podemos sacar la casta”.
El 2019 ha sido un año de consolidación para la enmascarada. Ahora es parte de los Mercenarios, un equipo que se beneficia de su rudeza y en el que ha conseguido protagonismo. “Es un grupo que le ha dado impulso a mi camino en la lucha libre y vamos por más”.