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Exactamente dieciséis años después, el mismo día y el mismo mes pero de 1964, Humberto terminó con la vida de un hombre de nombre Jesús Velázquez, que estaba desarmado cuando ocurrió el altercado vial que derivó en su asesinato.
Presuntamente el pleito se había dado porque el occiso había incomodado al atleta quien lo habría asesinado en defensa propia. Una sentencia que en un principio era de 20 años, se redujo a ocho de los cuales únicamente pasó cuatro años en la prisión de Lecumberri donde gozaba de privilegios y el encarcelamiento sólo era para cumplir con la "justicia".
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Ya unos años libre, en 1972, Mariles fue detenido en París por posesión de heroína. Las autoridades francesas señalaron que el general mexicano pretendía introducir el cargamento de droga en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad México confiado en su influencia y reconocimiento.
Humberto Mariles fue trasladado a la cárcel La Santé a espera de su proceso, aunque este siempre negó los cargos. El jinete fue encontrado muerto dentro de su celda el 7 de diciembre de 1972 a los 59 años, por un edema pulmonar producto de una crisis cardíaca.
Los restos del doble campeón olímpico llegaron a México y fue recibido como un héroe, pese a la oscuridad que vivió en sus últimos días al incursionar en el mundo del narcotráfico.
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