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De ahí, el crecimiento fue exponencial, pero siguió por abajo del 10% en las siguientes cuatro justas deportivas, Ámsterdam 1928, con 9.6%; Los Ángeles 1932, con 9.5%; Berlín 1936, con 8.5% y Londres 1948, con 9.5%.
Fue entonces que la participación femenina ya no se detuvo y creció poco a poco, hasta ser más del 20% de los participantes en Montreal 1976 donde hubo un 20.7% de actividades para ellas.
Ya para inicios de este siglo la cifra se acercó a la mitad, en Atenas 2004 con el 40.7%, en Tokio 2020 casi consiguen la ansiada cifra, pero se quedaron en 47.8% en unos juegos complicados por la pandemia del Covid-19 y fue hasta ahora que París 2024 logrará que sean mitad hombres y mitad mujeres.
Para que esto se diera, tuvieron que reorganizar el programa deportivo, y 28 de los 32 deportes van a estar equilibrados, teniendo en cuenta el género. También habrá equidad en las ceremonias de medallas con 157 masculinas, 152 femeninos y 20 de deportes mixtos en donde la participación de ambos hace equipo y el maratón femenino cerrará los juegos.
30 ediciones tuvieron que pasar para que la participación de hombres y mujeres fuera exactamente igual.
“Esta es nuestra contribución a un mundo más igualitario en materia de género”, mencionó Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional.