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“Es una locura. Fue enorme cuando estaba en el carril. Fue más allá de mis expectativas. Todo el mundo gritaba mi nombre”, declaró Marchand. “Ahora puedo liberarme de la presión y tomarme un respiro”, añadió.
Marchand ya poseía cinco coronas de los Mundiales de 2022 y 2023 y un récord mundial en los 400m combinado, el último que estaba en poder de Phelps.
Y el domingo, rodeado de un mar de banderas francesas en el pabellón de La Défense, el nadador de Toulouse demostró que no le pesa la presión para la travesía al estrellato olímpico.
La tribuna rugió cuando los finalistas se lanzaron al agua y el ídolo local tomó la cabeza desde el primer tramo en mariposa. Marchand se acabó de escapar con su velocidad en la espalda y convirtió la segunda mitad de la carrera en una fiesta para sus aficionados bajo gritos de “¡Léon, Léon!”.
A sus 22 años, Marchand aspira a ser uno de los emblemas de Francia.