Hambre de gol
Norberto Betuncal vendía hamburguesas y hoy lo buscan el Sporting y el Lille francés
Uno de los primeros interesados en el jugador fue el Lille francés, club con el que se probó hace unas semanas
Foto: Archivo El Gráfico
LISBOA.– De ser un desconocido que vendía hamburguesas para ayudar a su madre, el guineano Beto, futbolista de 21 años de la Tercera División lusa, ha pasado a ser una joven promesa que podría fichar por algún club de primera en Portugal, Francia o España.
La clave está en su corpulencia, ya que mide 1.94 metros, y en su capacidad goleadora. En el Campeonato Nacional Portugués (Tercera) anotó 21 goles en los 34 encuentros que disputó con el Olímpico do Montijo.
Uno de los primeros interesados en el jugador fue el Lille francés, club con el que se probó hace unas semanas. Según su agente, Manuel Tomas, también el Sporting de Portugal está interesado. En los próximos días, apuntó Tomás, se sentará a negociar con un club de la Primera División española, aunque evitó revelar su nombre.
Norberto Betuncal, que vive con su madre en el humilde barrio de Tires, tiene un sueño desde pequeño: ser como Samuel Eto'o, con quien se ha identificado, sobre todo por su capacidad de lucha. Con 21 años y en la Tercera portuguesa, es difícil hacerse un hueco entre los grandes, pero Beto asegura que siempre ha sido "muy luchador".
"Desde pequeño siempre soñé con ser futbolista profesional", afirma el centro delantero, quien insiste en que "siempre creí en mí y sabía que podría llegar lejos".
Este año está nominado al Once ideal de la Tercera División y puede ser el Mejor delantero.
Ahora, Beto confía en lograr un contrato con algún club de Primera, mientras aún ayuda a su madre, que trabaja de cocinera en Lisboa.
Hasta hace un año, además de entrenar, Beto trabajaba en una hamburguesería.
"Macaco, Preto (negro) o esclavo" son algunos de los insultos racistas que sufrió jugando al futbol, sobre todo cuando era niño, recordó Beto, aunque afirma que “en ningún momento me afectó, ya que siempre respondía con goles”.
"El racismo está en el futbol, aunque no debería de haberlo", concluyó el corpulento delantero.