Aquí no hay gatos
Pumas ataca a las Chivas y le entierra las garras donde más le duele; Cardozo es despedido
Los del Pedregal fueron una fiera, ante un Guadalajara que no supo defender a su técnico
Foto: Archivo El Gráfico
Los Pumas le dieron la puntilla al técnico José Saturnino Cardozo. Ya lo vaticinaban las vallas publicitarias: “Gatito, ni madres”. Así que el 2-1 fue un tremendo zarpazo en el orgullo de las Chivas.
Retomando un clásico, el exjugador felino Ailton Da Silva se volvió a pasear por la cancha de Ciudad Universitaria con la misma playera que respondía a Jorge Vergara en el 2004, por el desplegado que había publicado con la frase “Me pareció ver un lindo gatito”.
Y en la cancha el equipo universitario respondió con ambición y garra. Desde el arranque salieron por el resultado.
Enfrente, José Cardozo ensayó un esquema fuera de lo ordinario, en lo que fue su último experimento como el pastor del Rebaño.
En el ambiente contaminado de Ciudad Universitaria, el paraguayo mandó al campo al debutante José Alfaro —no formado en México—, en lugar de Manuel Mayorga; a Juan Basulto en la contención, por encima de Fernando Beltrán; y a Javier ‘Chofis’ López, por la lesión de Alan Pulido. Ninguno hizo algo para rescatarle el trabajo.
Así que resultó hasta lógico que Carlos González punteara el 1-0, al minuto 27, para silenciar a la porra rojiblanca, que parecía ser mayoría en el Olímpico Universitario.
El Guadalajara reaccionó con pelotazos largos, saltando líneas. Y minutos después el ‘Conejito’ Brizuela ingresó al área y Luis Fernando Quintana se barrió y no pudo evitar derribarlo.
El silbante decretó pena máxima, que fue cobrada de manera correcta por Walter Sandoval para el 1-1 cuando corría el minuto 31.
Pero Quintana, con algo de fortuna, compensó su error al minuto 42: En un tiro de esquina, tras un recentro al corazón del área, el balón quedó a sus pies y le pegó con rencor para cimbrar el travesaño, luego las redes y también a los aficionados auriazules.
En el segundo tiempo, el Guadalajara no mostró chispa e incluso se salvó de la tercera anotación cuando González mandó su cañonazo a un lado del poste defendido por Gudiño.
Eso fue todo para el técnico José Cardozo. Adiós, sáquese de aquí, le dijo la directiva rojiblanca.