Lucha libre
Reina Dorada revela que sobrevivió a la mala en la lucha libre
En medio de la pandemia cumplió siete años
Foto: Archivo El Gráfico
Ser luchadora profesional en México no es un reto sencillo. Cuando apenas tenía 15 años, Reina Dorada conocía la cara amable, la magia que la había cautivado dos años antes cuando decidió entrenar en el Deportivo Pino Suárez, por los rumbos del metro La Viga. El debut le dio una cachetada que la aterrizó, fue una bienvenida desconcertante.
Era una niña y creía todo lo que le decían, quería aprender a ser luchadora. “Mi profesor me hizo ver que todo era bonito, lleno de compañerismo. Pero no me contó que cuando saliera al medio, me enfrentaría a los verdaderos retos”.
Y no fueron nada amigables. Fue maltradada física y emocionalmente. Ahora lo puede compartir, antes no se atrevía, pensaba que tenía que aguantarse, “y tal vez así sea, pero ahora sé que no se valen algunas cosas que las personas llamadas profesionales hacen. Estamos en un medio donde recibes golpes todo el tiempo, pero los más duros son los emocionales”.
Era una época en la que surgían pocas luchadoras cada año, así que a ella le tocó, “por decirlo de una forma, una madriza. Eso me hizo madurar como luchadora y darme cuenta que así como vienen van (los golpes)”.
Intentó ser muy profesional, era alguien noble, haciendo su trabajo, “pero con el paso del tiempo tuve que dejar eso a un lado, porque te comen las envidias, los reproches y las mentiras. Cambié para no ser lastimada, perdí la inocencia muy pronto. Ahora soy más fuerte. Antes permitía cosas en las que no estaba de acuerdo”.
Y es que como mujer, no solo ser luchadora en México es difícil. “Vivimos en una sociedad llena de violencia, en la que los feminicidios se han normalizado y el machismo no desaparece. Ser luchadora sigue siendo mal visto, no es tomado como una trabajo o profesión normal, entonces, luchamos contra eso todo el tiempo”.