LUCHA LIBRE

Un perro difícil de domesticar

Los malosos Máscara Año 2000 y el Satánico recuerdan a uno de sus rivales más fuertes

Lucha Libre Perro Aguayo funeral

Foto: Archivo El Gráfico

Deportes 05/07/2019 16:03 Gabriel Cruz Actualizada 16:06
 

Cuando el Perro Aguayo salía hacía fuera del enlonado para caer en forma de silla sobre sus rivales, éstos sabían que el final estaba cerca. Pero cuando el sabueso les clavaba la lanza, no había forma para evitar el fracaso.

Máscara Año 2000 fue el enemigo más importante del can en su última década de actividad profesional, y así lo recuerda. “Fue mi mejor rival, pero también mi mejor amigo”.

Un pique que nació lejos de la Arena México, en el exilio que ambos hicieron para ser parte del nacimiento de Triple A, y alcanzó para convocar a más de 57 mil aficionados en la Plaza para ver caer la máscara del Dinamita en manos de sabueso. “Es el símbolo de la lucha libre. El más grande de toda la historia, mis respetos”.

No muy lejos del lugar donde pereció Aguayo, en el gimnasio de la Arena Coliseo de Guadalajara, la sesión a cargo del Satánico fue distinta. El Perro había muerto y la tristeza se apoderó del grupo.

“Es el ícono de los verdaderos rudos, los que se daban al toma y daca, de lucha recia, seca y efectiva. No daba ni pedía cuartel y no lo elogio porque esté muerto, reconozco a los rivales y compañeros que subimos a partirnos el alma”, señaló el Infernal.

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