Un grupo reconocido de investigadores del fenómeno Ovni respaldados por integrantes de las Fuerzas Armadas de América Latina pretenden llevar e incluir en este 2016 nuevamente el tema de los objetos voladores no identificados a la agenda de la Organización de las Naciones Unidas, (ONU).
Esto ya había ocurrido en noviembre de 1978 con el objetivo de crear un organismo a nivel internacional que cuente con los recursos económicos, materiales y técnicos para la investigación de los Ovnis.
La propuesta consiste en crear un grupo multidisciplinario que estudiaría cada uno de los casos para llegar a conclusiones, uno a nivel local en cada país y otro a nivel global.
promotores. Quienes están impulsando esta iniciativa son los países que cuentan a la fecha con una oficina encargada para la investigación de los fenómenos anómalos voladores que a su vez se están agrupando a nivel regional para compartir información, así como líneas de investigación que los lleve a conclusiones que permitan definir si los Ovnis afectan su seguridad nacional.
Estos países son Uruguay, Perú, Chile, Ecuador y Argentina y se rumora que aunque no es de manera oficial y publica Brasil tiene una oficina encargada para darle seguimiento a los casos de encuentros de aviones con Ovnis.
En este tema hay algo que preocupa y que no se está tomando en cuenta, pues al parecer, los estudiosos del tema en el continente están deslumbrados con la posibilidad de colaborar directamente con la ONU.
En este sentido, se planea que la sociedad civil está incluida en el proyecto como testigos, proveedores de información, pero no como actores principales de la generación de datos para su estudio y análisis.
¿Qué va a pasar entonces con los investigadores Ovni que llevan décadas de trabajo en cada país y que han logrado reconstruir la historia de este fenómeno? , ellos realmente son los que saben y conocen.
Lamentablemente este gran proyecto parece tener un objetivo netamente militar, aunque hay investigadores civiles que están involucrados en el proyecto, a los militares no les interesa que participen, pareciera que solo los usan para cuestiones de información.
Ante esto, la comunidad Ovni Latinoamérica debe de tener un lugar bien definido dentro de este proyecto para que se convierta en una responsabilidad compartida, de no hacerse así estaremos cayendo en una sinergia donde no tendremos acceso a la información que se genere y las personas que llevamos años dedicados a la investigación de estos fenómenos quedáremos a merced de los gobiernos para que desclasifiquen documentos secretos.
Ahora por otro lado, se debe cabildear el apoyo de los países integrantes de la ONU para que los observadores del cielo puedan participar en el proyecto.
En caso de que esta propuesta pase todas las instancias pertinente para llevarlo hasta el pleno de la Asamblea General de ONU, no se debe permitir que Estados Unidos nuevamente intervenga como sucedió en 1978.
En aquella ocasión, la Unión Americana cabildeo para que no se apoyara esta iniciativa impulsada por el gobierno de Granada que era encabezado por Sir Erick M. Gairy
Ya sucedió una vez, la documentación sobre este incidente se conoce por las filtraciones de WikiLeaks, donde quedaron asentados los hechos y los nombres de todos los involucrados, pues a ciertos sectores de Estados Unidos, no desean compartir información sobre el fenómeno.
