Sus piernas se mueven a toda velocidad. No se siente dolor, sólo el calor de la sangre corriendo por las venas, mientras la adrenalina calienta sus músculos y los hace tan ligeros como las plumas que lleva tatuadas en los muslos, que parecen volar en cada vuelta al pedal.No es un pájaro, no es un avión, es Ximena Plumas Ruiz, quien se prepara afanosamente para su mundial. Sí, mientras unos se preparan para “el Mundial” llenando álbumes de estampitas o eligiendo dónde verán los encuentros y se tomarán las chelas, ella se prepara para otro mundial: El Campeonato Mundial de Bicimensajeros 2014 (CMWC, por sus siglas en inglés) que se correrá aquí, en la ciudad de México, del 28 de mayo al 2 de junio.
Esta es una competencia que se hará en un circuito cerrado al tráfico y que es regulada por la Federación Internacional de Mensajeros en Bicicleta (IFBMA). Va más allá de ser un evento deportivo pues al mismo tiempo, es una celebración de la cultura urbana moderna.
Desde niña, Ximena fue deportista e intrépida, comenzó a usar la bici como muchos, para jugar. No le gustaban las muñecas ni los juegos de té.
Ella prefería los balones de futbol y la bicicleta, que más tarde se volvió su medio de transporte para llegar de su casa a la escuela preparatoria y luego a la universidad, hasta que tuvo que abandonar sus estudios de arquitectura por falta de dinero.
Hoy, Ximena Plumas Ruiz, utiliza sus conocimientos de urbanismo para promover y diseñar las ciclovías que le han dado nuevo rostro a la ciudad, pero también para dominar la selva de asfalto en los recorridos intrépidos del deporte que ha elegido como forma de vida: el ciclismo.
Aunque Plumas gusta mucho de la libertad que le dan los velódromos, donde nadie la para, lo que pone a mil su corazón y le dibuja una sonrisa traviesa, son las carreras urbanas de bicimensajeros, donde la única regla es que no hay reglas… ni frenos.
No se corre con cualquier bicicleta, sino con una de piñón fijo, conocida en el mundo ciclista como fixed gear.
Se trata de un vehículo que no tiene punto muerto, lo que significa que los pedales están siempre en movimiento cuando la bicicleta esté en marcha y, por lo tanto, no se puede dejar de pedalear ya que, mientras la rueda trasera gire, la cadena y pedales girarán siempre juntos.
Toda la responsabilidad está en la habilidad del cuerpo del que la monta.
Apenas hace dos meses, Plumas subió a una de estas bicicletas para correr el que ha sido uno de sus grandes retos, el Monster Track de Nueva York, uno de los circuitos más complicados de este deporte y que es conocido como la carrera urbana más veloz del mundo y una de las más arriesgadas, pues esa sí se corre en medio del tráfico normal de la Gran Manzana.
No fue fácil, pues nunca había estado en esa ciudad, pero fue una gran experiencia.
Plumas fue la única mexicana en correr el Monster Track este año. Está convencida de que quizá las mujeres no tienen la misma fuerza física que los hombres, pero tienen otras habilidades que las vuelven altamente competitivas y, por ello, volvió de Nueva York con la idea de contagiar su entusiasmo y pasión a otras chicas que, como ella, aman la adrenalina de rodar por las calles.
Así nació #MuchaMorra, una iniciativa para incluir a más mujeres en las competencias de ciclismo libre.