Baila el mambo con la muerte | VIDAS CALLEJERAS

04/11/2015 11:37 Tanya Guerrero Actualizada 20:45
 

Si el chiste es mover la cadera, estos tres están bien puestos pa’ bailar. Al ritmo de ‘Chicas Jacarandosas’, Felipe García, ‘Tambor’ y ‘Casilda’ mueven la cintura pa’ gozar.

Este hombre se la vive bailando junto a ellas desde que las construyó. En cada semáforo, con las dos huesudas se avienta un mambo con sabor.

“Me apasiona que a la gente le guste lo que hago. Este es mi sueño y la idea me surgió por el festejo que se hace en estos días”, comenta el artista callejero, mientras se limpia el sudor, porque en cada semáforo en rojo, el bailongo se pone mejor.

Durante el descanso que le da la luz verde, Felipe cuenta que de todas las ciudades en donde se ha presentado a bailar junto a ‘Tambor’ y ‘Casilda’, es en la Ciudad de México en donde más le gusta estar. “La gente te mira y te califica todo, desde cómo vienes vestido hasta cómo te mueves”.

‘El Baile de las Calacas’ es un show que en palabras de su creador, hace felices a las personas. Su idea era hacer algo impactante, algo que la gente mirara y se acercara a fotografiar. Con dos esqueletos de cartón, unidos con barras de luces y un estéreo pegado al cuerpo, el artista callejero lo logró. Las personas sonríen y le regalan monedas, aunque él afirma que la mejor recompensa es siempre la felicitación de aquellos a los que les alegra el día.

Hace siete años, Felipe abandonó su trabajo como operador de autobuses en Michoacán, para dedicarse de lleno a la pasión del entretenimiento. El primero de los shows que presentaba en los semáforos era con un par de conejos a los que nombró ‘Tambor’ y ‘Casilda’, que junto con él hacían maromas y saltos frente a los coches para después meterse corriendo a su casa.

Los originales compañeros de Felipe están ya retirados en una granja, pero en su honor, este hombre de 30 años sustituyó al ‘Tambor’ y ‘Casilda’ conejo por el ‘Tambor’ y ‘Casilda’ calaca, a quienes tardó tres meses en fabricar.

“Al principio una mano salía volando o cuando bailaba una, se volteaba la otra. Fue difícil porque están amarradas y hechas de cartón”, dice.

En el cruce de Insurgentes y Vito Alessio Robles o en Paseo de la Reforma, los tres bailaron al mismo son el Día de Muertos. “Cuando veo que el tiempo me gana, les digo ‘ya a la vuelta’ y me gritan: ‘Eres un amor, esto que haces es increíble’. Eso me hace feliz y es por eso que lo sigo haciendo”.

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