QUÉ HACER: Además de caminar sus calles empedradas y admirar sus casonas con muros de cantera pura, hay que visitar su conjunto de tres templos franciscanos: Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, Capilla de la Tercera Orden y Parroquia de San Mateo Apóstol.
A un lado de las construcciones está El Chapitel, una casona que conserva el balcón donde se recordó por primera vez el Grito de Independencia, en 1812.
Visita el Museo de Arqueología e Historia de Huichapan, con piezas de cerámica y escultura otomí y tolteca. La entrada es gratuita y se ubica en Jardín Zaragoza 9.
A 15 minutos del centro, el Bioparque El Saucillo resguarda el acueducto San José Atlán, el más alto de América Latina. Son 15 arcos de cantera y mampostería construidos por la orden de Fray Francisco de Tembleque, en 1570. En la parte superior se conserva el canal de agua que permite recorrerlo de un extremo a otro, su longitud es de 150 metros. Hay paseos a caballo y una tirolesa.
Lleva tu traje de baño para sumergirte en las aguas termales de su corredor de balnearios. Nosotros te recomendamos El Pathecito, con albercas nutridas de agua de manatial a 37°C. Hay toboganes y área de campamento. Entrada: 70 pesos adultos y 50, niños.
Por último, ve al pueblito de Boyé, a cuatro kilómetros de Huichapan, que resguarda pinturas rupestres. Podrás ver danzantes y aves.
Los souvenirs: cantera, hierro forjado, obsidiana, pinturas al oleo y artículos de piel.
Qué comer: A nosotros nos gusta el mercado, con varios puestos para escoger entre barbacoa, carnitas, escamoles, plato huasteco, agua de tuna, pulque y hasta el ‘carnavalito’, una bebida hecha con jugo de naranja, canela y tequila.
Por si te atrapa la noche: Lomas del Calvario ofrece habitaciones desde 280 pesos por noche. Cuenta con restaurante y estacionamiento. En Bernabé Villagrán 6. Tel. 01 (761) 782